Tanto en los entrenamientos como en los partidos, los entrenadores tienen la oportunidad de reforzar las reglas de la cancha (cómo jugará el equipo), las que pueden cambiar durante el transcurso de una temporada.

Las reglas fuera de la cancha (cómo interactúan los jugadores y cómo se presentan) son igual de importantes aunque a veces los entrenadores inexperimentados suelen no revisarlas periódicamente ni tomar medidas para hacerlas cumplir hasta que ocurra algo importante.

Lo que hay que considerar en relación con las reglas del equipo es lo siguiente:

  • Tener la menor cantidad posible; el entrenador debe poder explicar por qué es importante cada regla.
  • Cada equipo debe tener sus propias reglas; al determinar las reglas del equipo, los entrenadores deben considerar qué es necesario para cada equipo. Esto dependerá de las personalidades, las habilidades y las experiencias de los jugadores, que difieren según cada equipo. Es útil que los jugadores participen en la creación de las reglas del equipo, en especial en relación con las reglas fuera de la cancha.
  • Escribir las reglas; generalmente los entrenadores dan un “libro de juego” (que, en esencia, contiene las reglas en la cancha), pero también deben escribir las reglas a seguir una vez fuera de la cancha y dárselas a todos los miembros del equipo. En el caso de los jugadores juveniles, también se les deben entregar a los padres. Hacer que los jugadores firmen las reglas y exhibirlas donde los jugadores puedan verlas (p. ej., en el vestuario) puede ser importante para asegurar su cumplimiento.
  • Utilizar las palabras de los jugadores, no las de los entrenadores; sencillamente, las reglas tienen que ser accesibles para los jugadores. En especial en el caso de los jugadores juveniles, deben expresarse en un lenguaje adecuado a la edad de los jugadores, lo que puede implicar usar ciertas expresiones coloquiales.
  • Usar lenguaje positivo. Siempre que se pueda, las reglas deben expresarse en términos de lo que se debe hacer (p. ej., “aceptamos la responsabilidad como equipo tanto si ganamos como si perdemos”) en vez de lo que se debe evitar (p. ej., “no se culpa a los compañeros de equipo cuando perdemos”).

Finalmente, para asegurar que las reglas del equipo sean claras, el entrenador debe hacerlas cumplir uniformemente. Si una de las reglas del equipo es que “aceptamos la responsabilidad como equipo tanto si ganamos como si perdemos” y, después de una derrota, un jugador le dice a otro “los árbitros fueron injustos; habríamos ganado si a John no lo hubieran descalificado por las faltas”, el entrenador debe actuar.

En este ejemplo, el jugador no está asumiendo la responsabilidad como equipo; ambos culpan a los árbitros, pero también culpan el hecho de que John no pueda jugar. Si bien esto no requiere una sanción grave, el entrenador debe, al menos, corregir al jugador y recordarle que el equipo debe hacerse cargo y que el resultado del partido es el conjunto de todas las posesiones. Como es obvio, el entrenador tampoco debe hacer comentarios de este tipo.