Ser entrenador en partidos puede ser una tarea frustrante, porque aunque quizás vean que se cometen errores y saben qué se debe hacer, no pueden hacerlo directamente.

Si los entrenadores actúan (o reaccionan) a consecuencia de frustración o el estrés, no tendrá un buen resultado, en especial, cuando se entrena a niños pequeños. Es especialmente importante tener una actitud objetiva, constructiva y positiva.

  • Objetiva, porque deben evaluar de manera objetiva lo que pueden hacer los jugadores (antes del partido), lo que están haciendo (durante el partido) y lo que han hecho (después del partido).
  • Constructiva, porque los entrenadores deben usar lo que suceda durante el partido de manera tal que los jugadores, tanto a nivel individual como colectivo, obtengan beneficios que influyan sobre su desarrollo atlético y personal.
  • Positiva, porque el partido no es el momento para realizar análisis profundos de los errores, sino de destacar la conducta positiva de los jugadores y alentarlos a hacer cosas sin temor a fracasar.

Los comentarios del entrenador durante un partido han de centrarse en lo que el equipo necesita hacer o hará, no en lo que haya ocurrido anteriormente.

Naturalmente, lo que ha ocurrido antes en el partido aporta información al entrenador sobre qué desea que haga el equipo, pero el entrenador será más eficaz si usa lenguaje positivo y orientado a la acción (p. ej. “a ver, esto es lo que vamos a hacer...”).

Los entrenadores deben ser realistas con respecto a sus expectativas de los jugadores y no demandar más de ellos de lo que son capaces de hacer en la etapa de desarrollo en la que se encuentran. Deben asumir y aceptar que los jugadores harán muchos errores por los siguientes motivos:

  • Los mejores jugadores del mundo, durante sus mejores partidos, han errado tiros que parecían fáciles.
  • Incluso los mejores jugadores cometen errores cuando realizan pases o pierden la pelota. Ningún equipo ha ganado un campeonato sin pelotas perdidas.

Lamentablemente, muchos entrenadores pierden la perspectiva adecuada y el autocontrol que deberían tener durante los partidos. Cuando los jugadores cometen errores, estos entrenadores agregan tensión a los jugadores haciendo comentarios no productivos que solo aumentan su inseguridad, y convierten el partido en una experiencia negativa.

En realidad, muchos jugadores jóvenes que empiezan a jugar al básquetbol con entusiasmo, pierden su motivación y abandonan porque los partidos son experiencias estresantes con las que no pueden lidiar.

La conducta del entrenador es un elemento esencial para evitar este problema y hacer que los partidos sean experiencias positivas, independientemente del resultado en el marcador.

De manera similar, el entrenador debe asumir y aceptar que los árbitros cometerán errores. Incluso los más experimentados a veces cometen errores y el entrenador, y su equipo, no deben centrarse en eso, sino en la próxima jugada. Un entrenador que, después de un partido, habla sobre cómo las decisiones del árbitro le costaron el partido, se va a encontrar con que sus jugadores no asumen responsabilidad por su rendimiento.

“Los mejores jugadores del mundo, durante sus mejores partidos, han errado tiros que parecían fáciles”