Desarrollar el autocontrol

Es muy importante que jugadores y entrenadores desarrollen el autocontrol, que simplemente es la habilidad de controlar lo que se hace en respuesta a la situación en la que se está.

El baloncesto presenta muchas situaciones en que el autocontrol es importante. Por ejemplo, una decisión adversa de un árbitro, un compañero de equipo que comete un error, o ser sustituido en un partido son situaciones en las que un jugador puede decepcionarse y frecuentemente "explotar" y quejarse sobre la situación.

Los entrenadores no deben aceptar que los jugadores se quejen de los árbitros ni de los compañeros de equipo, ni que muestren su descontento cuando salen de la cancha. En esta situación, el jugador debe concentrarse más en lo que debe hacer en la próxima jugada. Los entrenadores del mismo modo deben mostrar su propio autocontrol, porque si el entrenador se centra en el árbitro entonces es muy probable que los jugadores también lo hagan.

El entrenador puede hacer esto mediante la aplicación de una sanción: mostrar una consecuencia clara relacionada con perder "el control". Por ejemplo, sacar del partido al jugador que se quejó con el árbitro y explicarle que es porque no se estaba concentrando en lo que tenía que hacer.

El entrenador también debe hablar con el jugador sobre estrategias que lo ayuden a desarrollar el autocontrol.

Un método particularmente exitoso para los jugadores que se distraen con las decisiones del árbitro es hacer que cierren el puño y luego "liberen la tensión" abriendo rápidamente la mano. Esto puede hacerse mientras vuelven corriendo hacia la línea de fondo.

Otros jugadores y equipos han usado con éxito el concepto de "la jugada que sigue"; los atletas se dicen a sí mismos "la jugada que sigue" para centrarse en qué pueden influenciar (la jugada que sigue) y no en lo que ya pasó y así no puede ser influenciado. Si un compañero de equipo o el entrenador también usa esta "palabra clave", se puede aumentar su eficacia.

Las experiencias positivas y gratificantes son importantes para todos. En el caso de los jóvenes, el baloncesto puede ser para ellos una fuente de experiencias positivas. Si las experiencias positivas superan a las negativas, entonces será más probable que los jugadores sigan jugando y en consecuencia obtengan más beneficios de jugar un deporte.