Escuchar más, hablar menos

Todos los entrenadores desean que los jugadores los escuchen y la mejor manera de generar esto es que el entrenador escuche a los jugadores. Escuchar a los jugadores es más que preguntarles si tienen alguna duda al final de una presentación, esperar 5 segundos y continuar al siguiente punto.

A través de sus acciones los jugadores pueden demostrar al entrenador que no comprenden una habilidad o un concepto de equipo en particular.

No obstante, es solo a través de las palabras que pueden decir al entrenador el grado de lo que sí comprenden y lo que no, y una vez que el entrenador lo sabe, puede resolver el problema.

Esto se complica más porque en ocasiones es posible que un jugador no comprenda específicamente qué es lo que no entiende.

Con demasiada frecuencia los entrenadores observan un "quiebre" y simplemente repiten la instrucción que acaban de dar y luego observan nuevamente, solo para ver el mismo quiebre.

¿De qué forma puede el entrenador romper este ciclo y comprender realmente qué causa el quiebre?

Uso de preguntas abiertas

Al usar preguntas abiertas, el entrenador puede hacer que el jugador identifique lo que no entiende. En ocasiones es posible que el jugador no lo sepa conscientemente; probablemente hacía lo que pensaba que era correcto.

Una pregunta abierta es simplemente aquella que el jugador no puede responder por "sí" o "no" y, en su lugar, este debe brindar más información. Por ejemplo, supongamos que un jugador arrojó un pase que fue interceptado y el entrenador cree que el pase infringió las reglas del equipo.

  • El entrenador pregunta: "¿Comprendes la regla de pases para 2 contra 1?" El atleta responde: "Sí".
  • El entrenador dice: "Entonces no entiendo por qué tiraste el pase. ¿No te diste cuenta de que el defensor lo atraparía?" El atleta responde: "No sé".

En este caso, el entrenador supuso que sabía cuál había sido el error (el jugador realizó el pase cuando el defensor se encontraba en la "línea de pase") y no tiene explicación alguna de cómo se produjo el error. El entrenador tampoco tiene información para ayudarlo a corregir el error.

"La comunicación no es lo que usted dijo. La comunicación es lo que la otra persona escuchó".

Michael Haynes

De modo alternativo, el entrenador podría usar preguntas más abiertas:

  • El entrenador pregunta: "¿A qué jugadores podías ver?" El atleta responde: "Me dirigía hacia la canasta y John corría por el lado izquierdo. Delante de mí había un defensor".
  • El entrenador dice: "Bien. ¿Qué hizo el defensor?" El atleta responde: "Miró a John pero se quedó delante de mí".
  • El entrenador pregunta: "¿Me podrías mostrar en la pizarra la posición en la que estaba el defensor?" El atleta hace un dibujo que muestra que el defensor estaba aproximadamente en el centro de la cancha.
  • El entrenador dibuja al atleta en la pizarra, hacia el lado de la zona (de tres segundos) y dice: "Pensé que esta era tu posición y el defensor no se había cruzado hacia ti. Si ese fuera el caso, ¿qué harías? " El atleta responde: "A mí no me pareció, pero si allí era donde estaba, hubiera hecho un tiro en bandeja".

El entrenador ha establecido que el jugador efectivamente comprende la regla del equipo. El entrenador puede planificar llevar a cabo algunas actividades para ayudar a los jugadores a identificar cuándo el defensor "empieza a marcar" pero no necesita repetir la regla.

A menudo las limitaciones de tiempo de los entrenamientos o los partidos hacen que los entrenadores no tengan tiempo para procurar comentarios significativos de los jugadores; sin embargo, en última instancia esto perjudica al equipo. Los entrenadores deben incluir cierto tiempo en el entrenamiento para un debate en equipo y esto puede programarse antes o después de que el equipo termine de "usar la cancha".

"Entrenador suelto" es también una herramienta importante para el uso del entrenador. Si el ejemplo anterior se produce durante el entrenamiento, el entrenador debe haber pedido al jugador que saliera de la cancha, pero permitir que continuara la actividad, en lugar de detener a todos los jugadores.

Pronto los entrenadores descubrirán que preguntar a los jugadores "¿por qué?" en lugar de que el entrenador hable sobre el "qué" resulta muy valioso. Por ejemplo, es posible que un jugador haya hecho un mal pase (qué). Si el entrenador hace preguntas como: "¿Por qué hiciste el pase a ese jugador?", "¿dónde estaba el defensor?", "¿había otros jugadores libres para el pase?", el entrenador comenzará a comprender dónde se equivocó el jugador.

No solo ese tipo de sesión puede brindar la oportunidad de que el entrenador descubra áreas de incertidumbre entre el grupo sino que también brinda al grupo la posibilidad de aprender unos de otros. El entrenador puede simplemente iniciar una conversación o se puede delegar al capitán o al líder del equipo.

A continuación se incluyen algunos principios que se pueden poner en práctica para "hablar menos":¹

  1. Escuchar no es simplemente "no hablar". Piense de manera activa qué dicen o preguntan los jugadores.
  2. Permítales que terminen... y luego haga una pausa. Resista la tentación de responder la pregunta antes de que hayan terminado de formularla. Haga una pausa durante uno o dos segundos después de que hayan terminado de hablar a fin de observar si seguirán hablando.
  3. Ayúdelos a encontrar la respuesta. En lugar de simplemente responder la pregunta, haga al jugador otras preguntas para ayudarlo a descubrir por sí solo las respuestas. Puede significar "desglosar" el concepto en partes más pequeñas o formular una pregunta sobre algo similar y luego, ayudarlo a "aplicarlo" (p. ej., formule una pregunta sobre conceptos de defensa de mitad de cancha, que luego se apliquen a la cancha completa).
  4. No se trata de usted sino de ellos. Si bien puede ayudar a generar empatía con los jugadores que un entrenador hable sobre su propia experiencia, no se debe tornar algo prolongado e interminable. Si el jugador tiene una pregunta, ¡respóndala!
  5. Tómese su tiempo si es necesario. Antes de responder una pregunta, tómese unos segundos para organizar sus ideas. Y, si no hay tiempo en un punto específico de la práctica para responder la pregunta, explique al jugador que lo hablarán después de la práctica. Posteriormente, el entrenador debe acercarse al atleta después de la práctica para responder la pregunta y no esperar a que el jugador se acerque a él.
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Getting Better, best practices for your best practices, Peter Vint, PhD, Comité Olímpico de los Estados Unidos.