La esencia de entrenar a un equipo no está definida por el conocimiento que tenga el entrenador. La esencia de entrenar está definida por qué tan bien el entrenador puede generar un cambio en el comportamiento de un atleta. Con respecto al aprendizaje de habilidades, en general existen dos tipos de información que impartirá el entrenador:

  • Nueva información: explicación de un concepto.
  • Retroalimentación: evaluación del rendimiento de un atleta.

Actitud positiva y constructiva

En general, los entrenadores deben tener una actitud positiva y constructiva. Su tarea no consiste en reprender a los jugadores cuando hacen algo incorrecto. Ni tampoco deben estar de mal humor y, definitivamente, no deben insultar a los jugadores, burlarse de ellos ni ridiculizarlos.

Puede resultar difícil para un entrenador que ha tenido un "mal día" proyectar una actitud positiva cuando en realidad no se siente de esa forma. Sin embargo, debe hacerlo, del mismo modo que exigiría que los jugadores tuvieran una buena actitud durante el entrenamiento, incluso si tuvieron mal día.

En la mayoría de los casos, la actitud que proyecta a las personas es aquella que recibirá; si el entrenador se muestra positivo, entusiasta y divertido, probablemente los jugadores también tendrán esa actitud.

Una práctica que puede ayudar a los entrenadores a siempre aportar una actitud positiva es contar con un "árbol de preocupaciones", el cual es una potente herramienta de visualización diseñada para permitirle enfocarse en el equipo:

  • El entrenador elige algo por lo que siempre pasa cuando se dirige al entrenamiento de baloncesto (puede ser una puerta, el automóvil, una pared o un árbol).
  • Al pasar lo toca. Es aquí donde el entrenador deja cualquier "preocupación" que tenga y que no se relacione con el baloncesto.
  • Cuando abandone el entrenamiento o un partido, el entrenador lo vuelve a tocar. Es el momento en el que "retoma" las preocupaciones externas.

Si bien esto puede parecer simplista, puede resultar un modo muy efectivo de poder concentrarse en el entrenamiento o el partido, sin que otras cosas que pudieran estar sucediendo lo distraigan del baloncesto.

Durante las sesiones de entrenamiento, la tarea del entrenador consiste en ayudar a los jugadores a lograr las metas establecidas, y para ello, los entrenadores deben:

  • Generar un entorno agradable en el cual predominen desafíos atractivos y posibles, y comentarios positivos.
  • Aceptar el hecho de que los jugadores no son perfectos y que, por lo tanto, cometen errores. De hecho, una parte importante del aprendizaje es cometer errores.
  • Darse cuenta de que las personas aprenden de modos diferentes. Algunos jugadores pueden seguir instrucciones verbales, otros necesitan ver lo que sucede. Se necesitará un período de entrenamiento antes de que los jugadores asimilen y dominen la información que reciban.
  • Comprender el efecto de las etapas de aprendizaje que todos atravesamos al aprender nuevas habilidades y usar actividades que se correspondan con la etapa de aprendizaje de los jugadores.

Con respecto a las etapas de aprendizaje, el entrenador debe comprender que estas son también contextuales.

  • Comprender que cada jugador aprende a su propio ritmo y el entrenador debe ayudarlo. En ocasiones esto puede requerir dar a los jugadores instrucciones diferentes dentro de la misma actividad. Por ejemplo, en una actividad de bote, el entrenador puede pedir que los mejores jugadores boten con la mano no dominante mientras que los que sean menos hábiles en ello, usen la mano dominante.
  • Siempre tener una perspectiva realista sobre qué puede hacer y debería exigir a los jugadores.
  • Valorar y recalcar el esfuerzo realizado por los jugadores más que los resultados obtenidos.
  • Observar y destacar las mejoras en lugar de los defectos. Use un lenguaje positivo y "centrado en las acciones"; manifieste a los atletas qué desea que hagan, no qué han hecho de forma incorrecta.
  • Ser paciente cuando las cosas no salen como se prevé y alentar a los jugadores a que lo intenten de nuevo.

Con respecto a las etapas de aprendizaje, los entrenadores deben ser especialmente conscientes de que los jugadores pueden encontrarse en una etapa razonablemente avanzada de aprendizaje de una habilidad en el contexto del entrenamiento, pero que pueden situarse en una etapa anterior de aprendizaje en el contexto de aplicación de habilidades en el partido. Esto también puede cambiar nuevamente cuando los jugadores pasen de un nivel de competición a otro.

Los jugadores pueden perder confianza cuando observen que no pueden aplicar habilidades en un partido, que hayan percibido como "dominadas" en el entrenamiento. En esta situación, es posible que el entrenador deba incluir actividades en el entrenamiento que se centren en dicha habilidad pero de un modo más exigente para intentar simular la "presión del partido".