Carga de trabajo físico

Al planificar las sesiones de entrenamiento, el entrenador incluye aspectos técnicos y tácticos (pasar el balón, botar, ejercicios de 3 contra 3, etc.), así como también actividades para mejorar el desarrollo físico de los jugadores (p. ej., ejercicios para mejorar la coordinación o la velocidad). El entrenador puede mejorar la condición física de los jugadores, no solo mediante el trabajo físico más específico sino también a través de la incorporación de entrenamiento técnico y táctico que suponga trabajo físico (por ejemplo, cuando los jugadores realizan actividades de contrataque).

Sin embargo, evitar la fatiga y el agotamiento es igualmente importante. Cuando los jugadores jóvenes se encuentran excesivamente cansados, ya no se divierten, aprenden menos y corren mayor riesgo de lesionarse.

Para controlar el equilibrio entre el trabajo físico y el descanso, los entrenadores deben tener en cuenta tanto el trabajo que realizan con los equipos como otras actividades en las que participan los jugadores.

Los jugadores jóvenes probablemente participan en otros deportes o juegan al baloncesto en el equipo de su escuela o en otros equipos, así como también durante su tiempo libre, además del trabajo que llevan a cabo para el equipo. Los jugadores que están comprometidos con un equipo regional o nacional, por ejemplo, pueden necesitar entrenar menos con el equipo del club a fin de evitar el entrenamiento excesivo.

Es importante recordar que los jugadores deben estar descansados antes de un partido. Por lo tanto, las sesiones de entrenamiento realizadas un día o dos días antes de un partido deben tener una carga de trabajo físico menor. De manera similar, las sesiones de entrenamiento del día posterior a un partido deben ser relativamente livianas.

Lo más importante es que se tenga en cuenta el equilibrio entre el trabajo y el descanso durante cada sesión de entrenamiento. Los jugadores deben realizar una serie de actividades y luego, poder recuperarse del esfuerzo descansando o bien efectuando actividades que requieran menos esfuerzo físico.

Por ejemplo, luego de una actividad de cancha completa de 1 contra 1 (ejercicio intensivo), los jugadores necesitarán descansar o realizar ejercicios de baja intensidad (por ejemplo, tiros libres).

Al calcular la carga de trabajo físico, se debe establecer una distinción entre volumen e intensidad. El volumen es la cantidad total de trabajo físico realizado por los jugadores. La intensidad se refiere al trabajo físico que los jugadores llevan a cabo en una unidad de tiempo.

Por ejemplo, una actividad que incluya treinta carreras de velocidad de cancha completa tiene mayor volumen que una actividad en la que haya veinte. Sin embargo, la segunda actividad requiere más intensidad si se lleva a cabo en 3 minutos y la primera actividad se realiza en 5.

Los entrenadores deben tener en cuenta el volumen total (carga de trabajo) de cada sesión y asegurarse de que los jugadores tengan el descanso adecuado entre sesiones de práctica de volumen elevado. También deben equilibrar la intensidad de las actividades, y ofrecer recesos para descansar más prolongados entre actividades de alta intensidad o luego de ellas, con una actividad menos intensiva.

Carga psicológica

De igual forma en que el entrenador debe controlar la carga de trabajo físico, también debe hacerlo con la carga psicológica.

La carga psicológica se relaciona con aspectos del entrenamiento tales como:

  • El compromiso de los jugadores con el deporte que practican: cuanto mayor sea el compromiso, mayor será la carga psicológica.
  • La participación de los jugadores en las actividades: cuanto mayor sea la participación, mayor será la carga psicológica.
  • La novedad, la variedad y la complejidad de las tareas establecidas durante una sesión: cuanto mayor sea el nivel de novedad, variedad y complejidad, mayor esfuerzo mental se requerirá.
  • El grado de atención que se les exige: una actividad que los jugadores realicen por primera vez puede requerir más atención que una actividad que han hecho muchas veces.
  • Situaciones competitivas estresantes: ejercicios que suponen situaciones competitivas estresantes (por ejemplo, jugar un partido con un límite de tiempo en el cual el equipo ganador recibe un premio) imponen una mayor carga psicológica.
  • El comportamiento del entrenador: si el entrenador controla detenidamente la actividad, da instrucciones, comenta, corrige, refuerza, etc., la carga psicológica es mayor. Esto es particularmente así si el comportamiento del entrenador genera estrés.

Sin embargo, los entrenadores también deben ser conscientes de que sin una carga psicológica mínima, la sesión de entrenamiento es tediosa y aburrida. Por lo tanto, las sesiones monótonas (realizar los mismos ejercicios una y otra vez) o en las que los jugadores participen poco (por ejemplo, una larga fila de jugadores que esperan su turno) resultarán contraproducentes.

De manera similar, las sesiones que no incluyen ejercicios competitivos o si el entrenador no ofrece una evaluación del rendimiento de los jugadores puede generar aburrimiento.

Además, cuando el entrenador parece desinteresado y no involucrado en el trabajo, esto puede hacer que los jugadores tengan una sensación de aburrimiento y pierdan el interés.

El entrenador debe buscar provocar un esfuerzo psicológico por parte de los jugadores, lo cual los ayuda a controlar una situación difícil que efectivamente pueda ser controlada. Por ejemplo, dividir a un equipo en dos grupos y organizar una competencia de lanzamiento entre ellos es una actividad habitual.

Si los jugadores hacen tiros desde posiciones en las cuales efectivamente puedan anotar puntos y si el nivel de los dos grupos es similar, la actividad tendrá una carga psicológica productiva. Los jugadores se concentrarán en la tarea y se enfrentarán a una situación competitiva que puedan manejar. Deberán hacer frente a la frustración de perder el balón a fin de seguir intentando y se encontrarán con el éxito o el fracaso del puntaje final (y así aprenderán a controlar emociones relacionadas con el éxito y el fracaso).

Sin embargo, si los jugadores lanzan desde posiciones en las cuales apenas pueden alcanzar el aro, o un equipo es mucho mejor que el otro, la carga psicológica será negativa. Después de varios intentos fallidos, los jugadores perciben que no controlan la situación porque sin importar lo mucho que intenten, la meta de anotar puntos se encuentra más allá de su alcance y, en estas condiciones, disminuirán tanto la motivación como el esfuerzo.

En términos generales, la carga psicológica de los jugadores menores de 12 años debe ser moderada. A fin de lograr una carga adecuada, debe predominar lo siguiente:

  • actividades en las cuales todos los jugadores participen (y eviten así situaciones en las que esperen mucho tiempo su turno);
  • actividades simples que los jugadores conozcan o puedan realizar rápidamente;
  • contenidos generales que no obliguen a los jugadores a realizar un esfuerzo especial para centrarse en muy pocos estímulos;
  • actividades breves para evitar perder la atención de los jugadores;
  • actividades competitivas, controladas cuidadosamente por el entrenador de modo tal que los éxitos y los fracasos se dividan por igual.

En el caso de estos equipos, el volumen total de carga psicológica puede ser similar en la mayoría de las sesiones de práctica. Durante cada sesión, se pueden usar cualquiera de las dos actividades de una carga similar o actividades con una mayor carga, junto con otras de una carga inferior.

En el caso de los equipos conformados por jugadores de entre 13 y 14 años, la carga psicológica puede ser mayor e incluso más para los jugadores de entre 15 y 18 años, aunque en ambos casos, cargas mayores y menores deben alternarse en sesiones de entrenamiento y en ejercicios realizados durante cada sesión.

Por ejemplo, consideremos un plan de una semana de cuatro sesiones de entrenamiento para un equipo de jugadores de entre 15 y 18 años:

  • El primer día, el entrenador presenta nuevos objetivos ofensivos que requieran que los jugadores efectúen un esfuerzo mental considerable (carga de media a alta).
  • El segundo día, los mismos objetivos se repiten haciendo uso de actividades no estresantes (carga de media a baja).
  • El tercer día, el entrenador usa ejercicios competitivos relacionados con ese objetivo y otros que ya dominaron los jugadores; algunas actividades pueden ser estresantes (carga de alta a muy alta).
  • El cuarto día, se repiten los objetivos haciendo uso de actividades no estresantes (carga baja).

Al planificar la temporada completa, el entrenador debe tener en cuenta la importancia de períodos de descanso psicológico, así como también períodos de descanso físico, de modo que los jugadores puedan asimilar el trabajo que han realizado y estar en un estado idóneo para nuevos esfuerzos productivos.

Por lo tanto, es una buena idea, durante la temporada en el caso de los jugadores jóvenes, que tengan períodos de descanso que supongan descansar del baloncesto. Se recomienda que dividan su tiempo entre actividades deportivas y otras actividades físicas, recreativas e intelectuales. Por ejemplo, un entrenador puede planificar sesiones que tengan una baja carga psicológica cuando los jugadores tengan exámenes de la escuela.

De manera similar, hacer que el equipo mire un video del partido inmediatamente después de jugar no tiene en cuenta la carga psicológica del partido ni la carga psicológica de mirar un video de este tipo. Un partido supone una carga psicológica sumamente alta que produce un cansancio y un agotamiento psicológico extremo, y requiere un período de descanso psicológico de modo que los jugadores puedan recuperarse.