Establecimiento de metas

El entrenador debe identificar dos o tres metas clave para cada sesión de entrenamiento. Estas deben relacionarse con las metas generales de la temporada y también pueden estar vinculadas con el partido anterior o el siguiente partido. Vincularlas con un partido ayuda a definir de qué forma y cuándo se mide el éxito. Las metas de cada sesión deben ser pocas, y dos errores graves son los siguientes:

  • Intentar hacer demasiado en una práctica o una actividad.
  • Falta de conocimiento claro por parte del entrenador sobre qué desea lograr durante la sesión de entrenamiento en general o con cada actividad específica.
Existen dos tipos de metas: metas de resultados y metas de rendimiento

Metas de resultados

Las metas de resultados se refieren a los resultados colectivos o individuales; por ejemplo, realizar cierta cantidad de tiros, demorar cierto tiempo al realizar una actividad o llegar a cierta cantidad de puntos. Las metas de resultados se pueden dividir en dos tipos:

  • intrasujeto o intragrupal; resultados de un jugador individual o un grupo (p. ej., realizar 10 tiros);
  • intersujeto o intergrupal; resultados de un grupo individual comparado con otra persona o grupo (p. ej., primero en realizar 10 tiros). 

Metas de rendimiento

Las metas de rendimiento se centran en los pasos deseados para lograr un resultado; en lugar del resultado en sí. Por ejemplo, mejorar el pase de pecho, tirar con mayor frecuencia desde posiciones específicas de la cancha, bloquear o pasar el balón al poste bajo.

Lograr una meta de rendimiento no garantiza que se logrará una meta de resultados, pero sí aumenta la probabilidad de lograrla. Las metas de rendimiento ayudan a los jugadores a desarrollar confianza en la ejecución de habilidades.

Por ejemplo, tirar con mayor frecuencia desde posiciones ideales (meta de rendimiento) no garantiza que se realicen más puntos (meta de resultados), pero sí aumenta la probabilidad de lograr más puntos y únicamente tirando con mayor frecuencia desde estas posiciones el jugador podrá controlar cómo lograr más puntos.

En general, las metas de resultados funcionan mejor en cuanto a mejorar el interés de los jugadores, pero las metas de rendimiento resultan más adecuadas para ayudar a los jugadores a comprender que pueden controlar las situaciones a las que se enfrentan.

Se recomienda combinar ambos tipos de metas de acuerdo con el grupo de edad de los jugadores, recordando lo siguiente:

  • Se recomiendan metas de resultados intersujetos o intergrupales en el caso de equipos compuestos por personas de entre 15 y 18 años de edad y, en una menor medida, en el caso de equipos compuestos por jugadores de entre 13 y 14 años. No se recomiendan para equipos de Minibaket.
  • Para todos los equipos, se recomiendan en gran medida metas de rendimiento individuales y colectivas.

A los fines de alcanzar la eficiencia, las metas deben aplicar el principio SMART:

S

Specific (Específicas)

Las metas deben ser específicas y estar claramente definidas, en lugar de ser generales y ambiguas.

M

Measurable (Mensurables)

Debe haber criterios establecidos respecto de cómo se mida la meta y, cuando sea posible, deben ser objetivos.

A

Achievable (Alcanzables)

Las metas deben imponer un desafío a los jugadores. Las metas que sean demasiado sencillas (que requieran poco esfuerzo) o que requieran demasiado esfuerzo no son adecuadas. Las metas deben suponer un desafío de un modo que motive a los jugadores; las metas demasiado sencillas, aunque sean atractivas, no lo hacen.

R

Realistic (Realistas)

Las metas deben mostrar el avance que logrará un jugador o un equipo. A fin de que sean realistas, estas metas deben parecer posibles. En ocasiones, establecerá una serie de metas para alcanzar una meta. Por ejemplo, en el caso de un niño de diez años, establecer una meta de hacer una clavada resulta, muy probablemente, poco realista (al menos en ese momento). No obstante, al contar con una serie de metas (p. ej., la altura que pueden saltar), pueden tomar pasos de manera realista para lograr la meta final.

T

Timely (Oportunas)

Cada meta debe tener un plazo establecido para ella, ya sea este el final de la temporada, el final del año o la semana siguiente. Contar con un plazo ofrece una sensación de "urgencia" y ayudará a realizar un seguimiento del avance.

Las metas se deben fijar para el equipo y para los jugadores individuales. Si solo se definieron metas colectivas, la motivación individual puede disminuir fácilmente. Y con los jugadores jóvenes, es importante que cada jugador tenga la posibilidad de avanzar a su propio ritmo; por lo tanto, las metas individuales son importantes. Puede suceder que en la misma actividad, distintos jugadores tengan diferentes metas de acuerdo con su nivel de habilidades.

La importancia de las metas de rendimiento

Las metas de rendimiento resultan particularmente importantes al entrenar a jugadores de corta edad porque:

  • se centran en lo que hacen los jugadores y cómo lo hacen, en lugar de en las consecuencias de lo que hacen (no encestar no significa que el tiro fue malo y, de manera similar, encestar no significa que este fuera bueno);
  • permiten una evaluación más realista de la viabilidad de las metas;
  • facilitan una evaluación de resultados simple y confiable;
  • permiten que los jugadores usen su propio comportamiento para medir el avance;
  • aumentan la confianza en sí mismos (que procede de la sensación de "tener el control") y la motivación (que procede de la creencia de que se puede lograr la meta).

Los entrenadores de jugadores de entre 6 y 9 años de edad deben emplear únicamente metas de rendimiento. Los entrenadores de atletas de entre 10 y 12 años deben concentrarse en las metas de rendimiento pero pueden incluir algunas metas de resultados intrasujetos o intragrupales relacionadas con dichas metas de rendimiento.

Por ejemplo, a fin de trabajar en una meta de rendimiento grupal de mejorar los tiros en bandeja:

  • un entrenador de jugadores de entre 6 y 9 años de edad debería centrarse en que los jugadores estén equilibrados y coloquen los pies de manera correcta;
  • un entrenador de jugadores de entre 10 y 12 años de edad puede establecer una meta de resultados intragrupal de cuántas tiros en bandeja puede lograr el grupo (con el equilibrio, la posición de los pies y el lanzamiento correctos con la mano adecuada) en un tiempo determinado;
  • un entrenador de jugadores de más de 13 años de edad puede dividir la plantilla en dos grupos con una meta de resultados intergrupal del primer equipo por la que se logre una determinada cantidad de canastas.

Emplear metas de rendimiento con jugadores más jóvenes no significa que los entrenadores no puedan usar juegos en los que se registren puntos. Con frecuencia, puede ser sumamente divertido que una actividad sea competitiva; sin embargo, el entrenador debe tener cuidado de centrarse en las metas de rendimiento.

Por ejemplo, los equipos pueden jugar un juego en el que los jugadores intenten tiros en bandeja y el primer equipo que marque 20 puntos gana. En el caso de los jugadores pequeños, el entrenador puede otorgar 3 puntos por colocar correctamente los pies y solo 1 punto si se encesta (y nada si se encesta pero los pies están en la posición incorrecta). Es un juego competitivo, pero el enfoque del entrenador se sitúa en la aplicación correcta de la habilidad.

Tener un resultado puede también ser útil, ya que ofrece un final natural de una actividad (p. ej., cuando un equipo anota 20 puntos). Usar las metas de rendimiento con jugadores más jóvenes se aplica por igual a los partidos, y de hecho en muchas competencias de jugadores menores de 10 años de edad, no hay metas de resultados ya que no se lleva un registro de los puntos. Incluso si se llevara un registro de los puntos, el entrenador debe establecer otras metas para el equipo que se relacionen con el proceso que han estado practicando.

Las metas de rendimiento también siguen siendo importantes al entrenar grupos de mayores edades. Por ejemplo, si los jugadores presentan dificultades para realizar un tiro en bandeja con la mano más débil, el entrenador podría:

  • otorgar dos puntos si se usa la técnica correcta y se llega a encestar;
  • otorgar un punto si se usa la técnica correcta pero no se llega a encestar;
  • restar un punto si se llega a encestar pero se usa la técnica incorrecta.

Selección de las metas más adecuadas

Una vez que el entrenador establezca qué metas son adecuadas, debe decidir si pueden lograrse dentro del tiempo de entrenamiento disponible. En muchos casos y debido a la falta de tiempo, puede dejar de lado algunas metas.

Cuando sea este el caso (una situación común al entrenar a equipos juveniles), el entrenador debe elegir qué metas considera que son las más importantes, y omitir el resto. Para hacerlo, puede usar criterios tales como los siguientes:

  • la importancia de cada meta, teniendo en cuenta el tipo de equipo que entrena y, según esto, las metas generales del equipo; obviamente aquellas metas que se consideren que son las más importantes tendrán prioridad;
  • la proximidad de cada meta con respecto al presente. En general, si el grado de importancia es similar, las metas que se pueden lograr en primera instancia deben tener prioridad;
  • la relación entre distintos objetivos, teniendo en cuenta si la concreción de una meta resulta esencial para lograr las otras. En general, las metas más simples que faciliten la concreción de metas posteriores y más complejas deben tener prioridad.
  • la combinación de metas de ataque y defensa (p. ej., mejorar los aspectos fundamentales del ataque de 1 contra 1 y mejorar los aspectos fundamentales de la defensa de 1 contra 1). Tanto en un nivel individual como colectivo, el desarrollo del ataque y la defensa debe seguir un avance en paralelo.
  • el "costo" necesario para lograr cada meta, donde costo se define como el esfuerzo físico y psicológico necesario. En general, las metas que requieran un menor costo deben adquirir prioridad.

En general, las metas que se orientan al desarrollo de habilidades o la comprensión del juego se prefieren respecto de aquellas orientadas a ganar un partido en particular.