La función del entrenador es guiar y ayudar al jugador a desarrollar sus habilidades, y proporcionarle una retroalimentación constructiva es particularmente importante para lograrlo. De igual manera, toda una vida dedicada a entrenar no necesariamente hará que el entrenador sea mejor; puede que solo signifique que continuará cometiendo los mismos errores una y otra vez. Al igual que los jugadores, "los entrenadores necesitan saber cómo aprender mejor a través de sus experiencias. La práctica reflexiva es una herramienta de aprendizaje primordial en este aspecto"12

La reflexión es una parte fundamental de todo proceso de aprendizaje y es lo que vincula la experiencia con el conocimiento, proporcionando una oportunidad para explorar el rendimiento constructivamente y luego hacer ajustes basados en esa reflexión considerada.

Una técnica reflexiva simple (que muchos entrenadores emplearán) es registrar en el plan de práctica el rendimiento del equipo en una actividad particular (p. ej.: cuántos tiros se encestaron) como así también cómo funcionaba la actividad misma y anotar cualquier cambio necesario para la próxima vez que se la use.

La "práctica reflexiva" es simplemente el proceso de identificar si hay una mejor forma de hacer algo y, si eso fuera el caso, implementar cambios. El proceso se muestra a continuación como un ciclo continuo.

A menudo los entrenadores inician un proceso como este solo cuando algo no va bien, que puede identificarse, por ejemplo, mediante la actuación mediocre del equipo o un jugador que hace preguntas al no haber entendido los puntos de enseñanza en una práctica reciente.

Sin embargo, los entrenadores deberían planificar realizar tal reflexión regularmente, no solo en respuesta a una cuestión percibida. De hecho, ¡la práctica reflexiva puede validar que las cosas se están haciendo bien!

Hay muchas formas en las que un entrenador puede "autoreflexionar" sobre su rendimiento. Independientemente del modo en que lo haga, la autoreflexión es simplemente pensar sobre el modo de entrenamiento propio, evaluar el propio rendimiento e identificar qué hay que hacer para mejorarlo.

Abarca todo, desde recriminarse a sí mismo por desatender un punto importante en la demostración de una habilidad hasta felicitarse por promover un ambiente de entrenamiento positivo y comprensivo.

Las características clave de la autoreflexión son las siguientes:

  • se centra en lo que el entrenador está haciendo;
  • une el pensamiento a la acción;
  • hace del perfeccionamiento un proceso continuo.

No existe una fórmula para el entrenamiento eficaz, solo principios que el entrenador puede adaptar para satisfacer sus necesidades individuales. Al focalizarse en lo que efectivamente hace como entrenador, la autoreflexión proporciona un medio poderoso para verificar si aplicó con éxito los principios de entrenamiento eficaz.

Solo pensar sobre el modo de entrenamiento propio no resulta en mucha mejoría. Para que tenga valor, la autoreflexión necesita relacionarse sistemáticamente con la práctica de entrenamiento propia. El proceso de autoreflexión es similar a un círculo, que incluye a la acción como una etapa esencial. Sin ponerse en acción, el círculo se rompe.

Análisis y evaluación

Cuando analiza y evalúa su rendimiento, el entrenador debería considerar lo siguiente:

  • los objetivos establecidos para el equipo, para jugadores individuales y para el entrenador;
  • el contenido de una práctica determinada o el contexto de un partido en particular;
  • el aprendizaje progresivo demostrado por los jugadores (cuál es su nivel de habilidad ahora en comparación con el inicio de la temporada).

El entrenador debería ser sistemático en la búsqueda de retroalimentación, o evidencia, con que hacer su evaluación. Muchos entrenadores tienden a ver qué les falta hacer en vez de también ver qué se hizo. En consecuencia, es importante que los entrenadores tengan un punto de referencia objetivo.

De forma similar, después de perder un partido en el último lanzamiento o por un gran margen, puede que el entrenador inmediatamente sienta que el equipo (y él como entrenador) tuvo un rendimiento muy pobre debido al resultado. Sin embargo, su evaluación debe ser más amplia que simplemente mirar el marcador al final de un partido en particular.

Otras fuentes de retroalimentación

Los entrenadores pueden obtener retroalimentación de varias fuentes, tales como las siguientes:

  • jugadores
  • colegas
  • padres
  • entrenador mentor.

En la búsqueda de retroalimentación, el entrenador podría tener un foco específico; si ese es el caso, la persona debería saberlo antes de pedirle la retroalimentación.

Por ejemplo, si el entrenador quiere evaluar la comunicación con los atletas durante una sesión de práctica, puede pedir a un colega entrenador que observe la sesión. No es necesario que el entrenador entienda de básquetbol para proporcionar comentarios sobre el nivel y la efectividad de la comunicación durante la sesión.

La retroalimentación puede obtenerse mediante una variedad de métodos, desde pedir a los participantes que completen una hoja de evaluación, una entrevista o, de forma menos formal, simplemente preguntando y escuchando las respuestas.

Otro método eficaz puede ser conseguir un video del entrenador en acción, ya sea en un entrenamiento o en un partido. El video puede focalizar bastante de cerca en el entrenador, lo que dará buena información para evaluar su estilo de comunicación y, en particular, la comunicación inconsciente, tal como el lenguaje corporal.

Otra técnica puede ser que el entrenador lleve un diario o agenda en el que registre diariamente sus pensamientos, sentimientos, dudas y preocupaciones relacionadas con su rol y las responsabilidades que le corresponden como entrenador. Puede luego revisar esta información con regularidad (semanal o quincenalmente) con un mentor o colega.

Identificar lo que se puede mejorar

Esta parte del proceso permite al entrenador identificar sus fortalezas y debilidades en varias áreas, tales como las siguientes:

  • gestión del grupo;
  • comunicación;
  • análisis y corrección;
  • seguridad;
  • transición entre actividades;
  • interacción y relación con atletas y árbitros.

Para completar esta etapa, el entrenador debe igualmente reflexionar sobre lo que hace o hizo con éxito, así como cualquier aspecto que necesita mejorar.

Cuando se identifican varias cosas, se deben ordenar según su prioridad basada en el efecto que un cambio pueda tener. El entrenador debe luego centrar su esfuerzo inicial en aquellos cambios que probablemente tendrán mayor efecto.

Desarrollar un plan de mejoramiento

Es posible que sea relativamente evidente cómo mejorar un aspecto particular o puede que sea necesario pedir la opinión de un colega, un mentor o un funcionario del club sobre cómo se puede mejorar un aspecto.

Es este el aspecto que los entrenadores principiantes podrían encontrar más difícil, ya que tienen menos experiencia en que apoyarse para desarrollar estrategias.

Indudablemente, el entrenador identificará áreas que le gustaría mejorar, que podrían ser las siguientes:

(a)   "conocimiento técnico": lo que está enseñando;

(b)   puntos de enseñanza: ser más efectivo en la forma de enseñar;

(c)   habilidades comunicativas: recordar particularmente que la comunicación es "lo que se escucha, no lo que se dice";

(d)   habilidades de entrenamiento generales;

(e)   habilidad para relacionarse: cómo trata el entrenador a los jugadores, padres y árbitros.

Es preferible identificar un pequeño número de cosas en las que trabajar que tratar de hacer demasiado a la vez. También puede valer la pena discutir lo que identificó con un colega, ya que es posible que este tenga algunas ideas de cosas que usted puede hacer para mejorar.

Un plan de mejoramiento debe ser lo más específico posible:

  • ¿Qué hará? Asistir a una clínica de entrenamiento, trabajar con un mentor, observar a otros entrenadores, investigar (libros, DVD, recursos en línea), etc.
  • ¿Cuándo lo hará? Sea realista en relación al tiempo del que dispone. Priorice las distintas cosas y así puede decidir qué hacer primero.
  • ¿Cómo se medirá el mejoramiento?
Implementar el cambio es en un sentido simple: solo se trata de hacer lo que se establece en el plan de mejoramiento.

Implementar el cambio

A veces, sin embargo, puede significar que el entrenador tenga que cambiar un aspecto de su comportamiento que es un hábito y es posible que se trate de algo que ni siquiera hace de forma consciente (p. ej., no escuchar cuando un jugador hace una sugerencia o una pregunta).

Para ayudarlo a implementar el cambio, el entrenador puede tener en cuenta lo siguiente:

  • pedir a alguien de confianza (p. ej., el entrenador asistente) que le haga ver cuando esté volviendo al mal hábito (p. ej., el asistente puede tocarle el hombro si el entrenador no deja que un atleta hable);
  • planificar hacer las actividades con alguien más;
  • simplemente contar a amigos y colegas lo que está haciendo y por qué. Esto ayuda a garantizar que se cumpla. Haberle dicho a otras personas puede hacer que el entrenador se vuelva responsable ante ellas, quienes naturalmente preguntarán sobre "cómo va el cambio";
  • escribirse una nota para recordar el cambio; por ejemplo, como un aspecto primordial de un plan de práctica.

Sobre todo, el entrenador debe seguir reflexionando sobre su rendimiento para poder ver cuán efectivo ha sido el cambio.

Comportamiento del entrenador

La mayoría de los entrenadores no son totalmente conscientes de cómo actúan durante un partido y por lo tanto es conveniente para todos recibir comentarios, que pueden ser de un colega entrenador o de cualquier otra persona a quien el entrenador le pida que observe el partido.

Por ejemplo, un entrenador puede solicitarle al observador que registre cuántas veces se dirige a los jugadores durante los períodos de participación activa y cuántas veces lo hace durante las pausas en el partido (sin considerar los tiempos muertos o el medio tiempo).

Una simple herramienta puede ayudar a obtener esta información:

Comentarios durante las jugadas Comentarios a un jugador no partícipe de las jugadas
1er cuarto

Jugador:

Relacionado con la jugada actual (Sí/No):

1er cuarto

Jugador:

Relacionado con la jugada actual (Sí/No):

Jugador:

Relacionado con la jugada actual (Sí/No):

Jugador:

Relacionado con la jugada actual (Sí/No):

Jugador:

Relacionado con la jugada actual (Sí/No):

Jugador:

Relacionado con la jugada actual (Sí/No):

Independientemente de si el comentario está relacionado con una tarea "actual" se refiere simplemente a si el comentario fue de naturaleza general o una instrucción en relación a una habilidad o estrategia particular.

Obviamente, es posible que el observador no siempre pueda escuchar lo que se dice, pero aun anotar la conducta del entrenador cuando lo dice puede ser útil.

Puede parecer que el entrenador está enojado, y aun si el entrenador siente que no lo está, es probable que los jugadores también hayan percibido que sí lo estaba.

También puede ser de utilidad registrar los momentos durante el partido cuando el entrenador proporciona retroalimentación. A menudo, los entrenadores actúan diferente (sin darse cuenta de ello) hacia el final del partido (en especial si el marcador está reñido) de cómo lo hacen en momentos anteriores.

12
Farres, L. (2004, otoño). Becoming a better coach through reflective practice. BC Coach’s Perspective, 6, 10-11