Independientemente del estilo de aprendizaje preferido, todos atraviesan etapas identificables de aprendizaje de una nueva habilidad (o de un comportamiento, una capacidad, una técnica, etc.). Algunos pueden avanzar con mayor rapidez que otros, pero todos pasan por estas etapas.

El concepto se conoce más habitualmente como "modelo de aprendizaje consciente de competencias", y sigue siendo esencialmente una explicación muy simple y útil de cómo aprendemos, y también sirve como recordatorio de utilidad de la necesidad de entrenar a las personas en etapas.

En palabras simples:

  • Los estudiantes comienzan en la etapa 1: "falta de competencia inconsciente".
  • Pasan a la etapa 2: "falta de competencia consciente".
  • Luego, avanzan a la etapa 3: "competencia consciente".
  • Y, lo ideal, es que finalicen en la etapa 4: "competencia inconsciente".
La confusión en cuanto a la etapa en la que se encuentra un estudiante es tal vez el motivo de mayor peso en el fracaso de gran parte del entrenamiento y la enseñanza. La diferencia entre cada etapa puede ser ilustrada mediante una matriz de aprendizaje de competencias.
Cabe destacar que la etapa de aprendizaje es también contextual; un jugador puede aprender una habilidad en una actividad no competitiva durante la práctica y avanzar a las etapas 3 o 4 de competencia. Sin embargo, en lo relativo a poner en práctica la habilidad bajo presión competitiva en un partido, pueden encontrarse en una etapa de falta de competencia.

FALTA DE COMPETENCIA

Etapa 1

Falta de competencia inconsciente

Etapa 2

Falta de competencia consciente

  • El estudiante no sabe de la existencia o la relevancia de la habilidad.
  • El estudiante no sabe que posee una deficiencia particular en dicha área.
  • El estudiante puede negar la relevancia o la utilidad de la nueva habilidad.
  • El estudiante debe darse cuenta de la falta de competencia antes de que pueda comenzar el desarrollo de la nueva habilidad o el aprendizaje.
  • El objetivo del estudiante y del entrenador es que el primero avance a la etapa de "competencia consciente", demostrando la habilidad o capacidad, y el beneficio que ella aportará a la eficacia del estudiante.
  • El estudiante toma conocimiento de la existencia y la relevancia de la habilidad.
  • El estudiante es también consciente de su deficiencia, idealmente intentando usar la habilidad.
  • El estudiante toma conocimiento de que al mejorar su habilidad en esta área, mejorará su eficacia.
  • Lo ideal es que el estudiante tenga noción del grado de su deficiencia respecto de la habilidad relevante y una noción de qué nivel de habilidad es necesario para su propia competencia.
  • Idealmente el estudiante asume el compromiso de aprender y practicar la nueva habilidad, y de avanzar a la etapa de competencia consciente.

competence

Etapa 3

Competencia consciente

Etapa 4

Competencia inconsciente

  • El estudiante debe concentrarse y pensar a fin de ejecutar la habilidad pero puede realizarla sin asistencia.
  • El estudiante no realizará de manera confiable la habilidad a menos que piense en ella; la habilidad aún no es "automática".
  • El estudiante debe poder demostrar la habilidad a otro pero es poco probable que la enseñe bien a otra persona.
  • Idealmente el estudiante debe continuar practicando la nueva habilidad y, si corresponde, asumir el compromiso de volverse "competente de manera inconsciente" en cuanto a la nueva habilidad.

Nota:   La práctica (repetición) es la forma más eficaz de pasar de la etapa 3 a la etapa 4.

  • La habilidad ingresa en las partes inconscientes del cerebro; tiene "carácter natural".
  • Probablemente, la persona ha dejado de ser "estudiante", aunque los entrenadores deben comprender la diferencia entre competencia durante la práctica y los partidos, y los distintos estándares de competición.
  • Es posible realizar determinadas habilidades mientras se hace algo más; por ejemplo, botar y "leer" la posición de los otros jugadores.
  • Es posible que la persona pueda enseñar la habilidad, aunque después de cierto tiempo de ser competente de manera inconsciente, en realidad la persona podría tener dificultades para explicar cómo lo hace.
  • Probablemente esto genere la necesidad de que se constate la competencia inconsciente a largo plazo respecto de los nuevos estándares.

Los entrenadores deben elegir actividades en función de la etapa de aprendizaje que los jugadores demuestren y, si se evalúa de manera incorrecta esa etapa, puede poner en riesgo el aprendizaje del jugador; si las actividades son demasiado sencillas, el jugador pierde motivación. Si son demasiado difíciles, el jugador se desilusionará.

Por ejemplo, supongamos que un entrenador pensó erróneamente que los jugadores se encontraban en la etapa 2, pero de hecho todavía se situaban en la 1. El entrenador supone que los jugadores tienen conocimiento de la habilidad y cómo se debe llevar a cabo, y de su deficiencia si no pueden realizarla.

De hecho, los jugadores se encuentran en la etapa 1, falta de competencia inconsciente, y no cuentan con ninguno de estos elementos, y tampoco podrán desarrollar la competencia consciente hasta que tomen consciencia y pleno conocimiento de su propia falta de competencia.

Avance de una etapa a la siguiente

El avance es lineal y no es posible saltearse etapas. En el caso de algunas habilidades, especialmente las avanzadas, las personas pueden retroceder a etapas anteriores, especialmente de la 4 a la 3, o de la 3 a la 2 si no practican y ejercitan las nuevas habilidades. Una persona que retroceda de la etapa 4 a la 3 y luego a la 2 deberá transitar nuevamente la 3 para alcanzar la etapa 4, competencia inconsciente, nuevamente.

El avance es también contextual y es posible que una persona se encuentre en la etapa 4 al ejecutar una habilidad durante el entrenamiento y sin defensa (p. ej., atrapar y tirar) pero situarse en un nivel anterior en cuanto a la ejecución de la habilidad durante un partido.

Lo interesante es que el avance de una etapa a la otra a menudo se ve acompañado por una sensación de toma de consciencia: "cae la ficha" o las cosas hacen "clic" en la mente del jugador, y este siente que ha dado un enorme paso hacia delante, lo cual es en realidad así.

Un ejemplo muy claro y simple de este efecto se observa cuando una persona aprende a conducir un automóvil: el avance desde la etapa 2 (falta de competencia consciente) hasta la etapa 3 (competencia consciente) resulta obvio, ya que el estudiante adquiere la capacidad para controlar el vehículo y dar los intermitentes al mismo tiempo, y el siguiente avance de la etapa 3 a la 4 (competencia inconsciente) resulta igualmente claro para el estudiante cuando adquiere la capacidad para mantener una conversación al tiempo que realiza una maniobra compleja como estacionar en reversa.

Y dado que la teoría de la competencia consciente obliga a realizar un análisis en el nivel individual, el modelo fomenta y presta asistencia para la evaluación y el desarrollo individual, que se pasa por alto fácilmente ante un alto grado de aprendizaje y desarrollo en un contexto grupal.

Cada uno de nosotros posee fortalezas y preferencias naturales y esto afecta nuestras actitudes y compromisos respecto del aprendizaje, así como nuestra capacidad para desarrollar competencia en distintas disciplinas.

Las personas comienzan a desarrollar competencia únicamente después de que reconocen la relevancia de su propia falta de competencia en la habilidad en cuestión. Algunos tipos de cerebros y personalidades prefieren y poseen determinadas aptitudes y habilidades. Por lo tanto, cada uno de nosotros experimenta diferentes niveles de desafíos (en cuanto a nuestras actitudes y consciencia, además de nuestra capacidad pura) para avanzar por las etapas de aprendizaje, de acuerdo con lo que se aprende.

Algunas personas pueden aceptar fácilmente la necesidad de desarrollarse de la etapa 1 a la 2, pero pueden tener problemas para avanzar desde la 2 a la 3 (adquirir la competencia consciente) dado que la habilidad no constituye una fortaleza o una aptitud personal natural.

Un ejemplo de ello es aprender a hacer un tiro en bandeja con la mano no dominante. Los entrenadores pueden ampliar este efecto si sancionan los lanzamientos que no se logren, ya que esto reforzará en los jugadores la necesidad de llevar a cabo la habilidad con la mano preferida (lo que supone un mayor índice de éxito). En su lugar, los entrenadores deben recalcar que el intento de realizar el tiro con la mano no dominante (sin importar si encesta o no) es un "éxito".

Algunas personas pueden avanzar bien a la etapa 3, pero tendrán dificultades para alcanzar la 4 (competencia inconsciente) y luego, retroceder a la etapa 2 (falta de competencia consciente) nuevamente, simplemente por la falta de práctica.

Contar con una comprensión general de las etapas de aprendizaje puede ayudar a los jugadores a hacer frente al "fracaso" (no poder aplicar la habilidad) porque si se analiza correctamente, no es un fracaso sino tan solo el primer paso para aprender la habilidad.