Jugadores menores de 12 años

Ganar no debe ser el objetivo fundamental. En cambio, los jugadores deben aprender a ser buenos deportistas, a respetar las reglas de juego, a los árbitros y al equipo contrario y siempre dar lo mejor de sí.

No es que ganar no sea importante, sino que hay otros factores que son más importantes. Es importante que los jugadores se esfuercen por el “éxito” y lo experimenten; sin embargo, no se trata de ganar un partido y a veces puede consistir en lograr “transferir” adecuadamente las habilidades del entrenamiento al partido.

Por este motivo, el entrenador debe organizar los entrenamientos y los partidos de tal manera que los jugadores tengan la misma posibilidad de participar. Debe dividir el tiempo de juego entre todos los jugadores que hayan cumplido con su compromiso de manera razonable en vez de permitir que los mejores jugadores jueguen más y mantener a algunos jugadores en el banco.

Tampoco es suficiente que todos los jugadores estén en la cancha. Participar en un partido implica que los jugadores deben poder jugar sin restricciones.

Por ejemplo, algunos entrenadores tienden a dejar que sus mejores jugadores tengan el balón y tiren mientras otros dos o tres niños simplemente “llenan” la cancha. Obviamente, esos niños no están participando en el partido.

De manera similar, se debería animar a todos los jugadores para que participen en todos los aspectos de la práctica. Por ejemplo, el entrenador no debe enseñar movimientos del poste sólo a los jugadores altos.

Las sesiones de entrenamiento para los jugadores de este grupo etario deben centrarse en las habilidades fundamentales y no deben variar en función de los próximos oponentes.

Las prácticas deben incluir situaciones de competencia, ya que tienen un papel fundamental en mantener motivados e interesados a los jugadores. No obstante, el entrenador debe asegurarse de que todos los jugadores experimenten el “éxito” y, principalmente, el rendimiento del entrenador puede juzgarse por las sonrisas de los jugadores y si quieren o no seguir jugando el deporte.