El rol de un entrenador no se limita a diseñar estrategias de equipo, desarrollar las habilidades individuales de los atletas, ni a enseñarles sobre la implementación de tácticas.

Además de enseñar las tácticas y las habilidades del juego, la función de un entrenador, en especial uno de atletas juveniles, incluye lo siguiente:

  • desarrollar en los jugadores el amor por el juego y la comprensión de cómo se juega;
  • hacer que los jugadores trabajen juntos para alcanzar objetivos colectivos como equipo;
  • promover el espíritu deportivo y el juego limpio entre todos los miembros del equipo (jugadores, entrenadores y padres);
  • darles a los jugadores oportunidades para experimentar el éxito;
  • ¡y hacer que al año siguiente quieran volver y jugar!

Definición de expectativas

La causa de mayor descontento entre los jugadores es no haber satisfecho sus expectativas.

Independientemente de si el jugador está descontento por la cantidad de "tiempo en cancha" que tenga en los partidos, o si no está satisfecho con los conocimientos del entrenador, el origen del problema es que el jugador o sus padres tienen una expectativa que no se ha cumplido.

Es posible que las expectativas de algunos jugadores no sean realistas. Otros pueden tener expectativas que, si bien son realistas, no coinciden con la filosofía del entrenador. En cualquiera de los casos, cuando tales expectativas no se cumplen existe la posibilidad de descontento.

Por lo tanto, los entrenadores deben dejar claro cuáles son las expectativas que tienen de los jugadores y también cuál es su filosofía de entrenamiento. Puede ser muy efectivo, y evitar problemas a futuro, si los entrenadores se toman el tiempo necesario para hablar con sus jugadores y determinar cuáles son sus objetivos y por qué están comprometidos con el básquetbol.

Aplicación congruente de las reglas

Cualesquiera reglas se establezcan, el entrenador debe cumplirlas. Si el entrenador exige que el equipo llegue a la práctica 30 minutos antes de que empiece y normalmente llega solo 5 minutos antes del inicio, los atletas pronto concluirán que la regla no es importante.

Generalmente ayuda si los jugadores pueden ver las razones que subyacen a la regla. Por ejemplo, un entrenador puede solicitar que se presenten para la práctica 30 minutos antes para realizar el calentamiento y estirar en ese tiempo.

Un entrenador puede establecer reglas diferentes para los jugadores y para él mismo, pero de nuevo, debe explicar la diferencia.

Por ejemplo, debido a compromisos laborales puede que un entrenador voluntario no pueda llegar a la práctica 30 minutos antes de su inicio. El entrenador debe explicar esto a los jugadores y, nuevamente, dejar en claro qué quiere que los jugadores hagan durante este período, ya sea que se encuentre allí el entrenador, o no.

En cuanto a las reglas de equipo, la conducta del entrenador se reflejará en la de los jugadores. Si el entrenador establece reglas pero no las cumple o no las hace cumplir cuando un jugador no las respeta, entonces pronto dejarán de considerarlas reglas.

Algunos entrenadores hacen que jugadores más experimentados, o todo el equipo, participen en el desarrollo de las reglas. Si un entrenador involucra al equipo en el desarrollo de las reglas, debe estar dispuesto a implementar lo que proponga el equipo.

Para evitar que esto sea una carta blanca, el entrenador puede definir ciertos parámetros básicos y luego permitir que el equipo desarrolle otras reglas.

La participación de los jugadores en el desarrollo de las reglas puede definitivamente conllevar un mayor grado de compromiso y cumplimiento de las reglas. El entrenador debe asegurarse de que las reglas no sean usadas por grupos dentro del equipo para poner en desventaja o menospreciar a otros jugadores. Esto es de particular relevancia cuando un equipo quiere instituir "multas" o "sanciones" por diferentes incumplimientos en el proceder (p. ej., una multa por vestir la camiseta incorrecta para el entrenamiento).

En definitiva, el entrenador debe garantizar que las reglas de equipo, más allá de cómo se desarrollen, sean justas y respeten a todos los involucrados en el programa.

El entrenador también debe ser muy claro respecto de su filosofía de entrenamiento, en especial en relación con sus pautas para las sustituciones.

En el caso de atletas menores de 14 años de edad se recomienda que todos los jugadores en el equipo jueguen al menos unos minutos en cada tiempo de todos los partidos.

Para niños mayores se recomienda que cada jugador juegue en todos los partidos. Si esta es la filosofía del entrenador (o la del club), corresponde comunicársela a todos los jugadores.

Todos los jugadores necesitan aprender a aceptar los roles del juego; los mejores jugadores deben entender que no jugarán todo el partido.

Particularmente en los grupos etarios de mini básquetbol, los entrenadores a menudo hacen todo lo posible para dar a los jugadores el mismo tiempo de partido, una filosofía que, de nuevo, debe comunicarse. Por supuesto, una vez comunicada la filosofía, el entrenador debe aplicarla.

Roles y expectativas individuales

El entrenador debe dejar claras las expectativas que tiene para cada jugador. No debe decirles a todos los jugadores que serán "súper estrellas" sino que debe ser honesto en su apreciación del lugar que ocupa un jugador en el grupo de jugadores, particularmente con los adolescentes mayores. En el caso de los jóvenes de 17 o 18 años de edad, no se pretende que todos sean tratados por igual (p. ej., tiempo en cancha), pero deben recibir un trato justo.

Cuando un entrenador identifica áreas del juego en las que un jugador puede trabajar, aquel debe proporcionar por igual una oportunidad tanto en el entrenamiento como en los partidos para que el jugador le demuestre el progreso que ha logrado.

La comunicación es clave

La mayoría de los entrenadores tienen expectativas sobre lo que pueden lograr sus jugadores. Igualmente, cada jugador tiene expectativas (realistas o no) sobre cómo irá la temporada.

Es la responsabilidad del entrenador asegurarse de comunicar sus expectativas, de modo que pueda identificarse cualquier diferencia entre las expectativas del entrenador y las del jugador.

Existen varios métodos de comunicación que el entrenador puede usar:

  • reunirse con los jugadores individualmente al comienzo de cada temporada; escuchar sus expectativas así como también definir las suyas;
  • proporcionar a todos los jugadores las reglas de equipo por escrito. El entrenador puede pedir a los jugadores que firmen las reglas como prueba de su intención de cumplirlas;
  • analizar las expectativas del equipo con todo el equipo;
  • designar un capitán de equipo o grupo líder que sea responsable de presentar los problemas al entrenador en nombre de los jugadores y también de la implementación de las reglas;
  • colocar carteles en el vestuario o las instalaciones de práctica. Estos son más efectivos si son afirmaciones (p. ej., "Muestra tu orgullo por el uniforme") en vez de oraciones negativas (p. ej., "No olvides vestir tu uniforme");
  • definir objetivos individuales para jugadores y para el equipo.

Los puntos claves para manejar las expectativas de los atletas son los siguientes:

  • proporcionar información a lo largo de la temporada a cada atleta sobre cómo lo están haciendo; es particularmente eficaz cuando un entrenador identifica "éxitos" o mejoras que el jugador ha logrado. Muy a menudo los entrenadores se centran en lo que falta hacer más que en valorar lo que se ha hecho;
  • dar a los atletas una oportunidad para hacer preguntas o plantear dudas;
  • ESCUCHAR a los atletas.

Siguiendo estos pasos, el entrenador podrá identificar pronto si existe una "desconexión" entre las expectativas de los jugadores y sus propias expectativas.

Una desconexión puede originarse cuando el entrenador no actúa como dijo que lo haría (ej., dice que todos tendrán tiempo en cancha y luego no pone a algunos jugadores) o puede ser que el atleta tenga una expectativa que el entrenador no comparte (p. ej., el jugador puede tener una opinión sobre sus habilidades superior a la que tiene el entrenador). En cualquier caso, una vez que se identifica una desconexión, el entrenador puede tomar medidas para enfrentarla.

Es posible que haya factores que el jugador ignoró (p. ej., el jugador no estuvo asistiendo a los entrenamientos y por lo tanto no se le dio tiempo de partido), puede haber cosas que el entrenador puede cambiar (p. ej., dar ejercicios adicionales al jugador para que desarrolle sus habilidades), o es posible que haya factores que el entrenador ignoró.

Manejar las expectativas de los padres

Cuando se entrena a jugadores juveniles, sus padres frecuentemente son una influencia clave para ellos y pueden ser una fuente de respaldo para el entrenador. Igualmente, pueden hacer más difícil el trabajo del entrenador.

Los padres no necesariamente tienen la intención de hacer las cosas más difíciles para el entrenador; sin embargo, si sus expectativas sobre lo que sucederá durante la temporada son diferentes de las del entrenador, entonces esto definitivamente puede ser una fuente de desconexión.

Es posible que los padres se dirijan directamente al entrenador si no están satisfechos. Sin embargo, un problema más frecuente que puede surgir es cuando los padres (a sabiendas o no) reclaman al entrenador algo que no se condice con lo que el jugador hace.

Por ejemplo, puede que los padres valoren "el éxito" por si el equipo ganó o perdió, mientras que el entrenador se centra en el desarrollo de habilidades y en que los jugadores puedan implementarlas a pesar de la presión de un partido, no solo en las sesiones de práctica.

La comunicación sigue siendo clave

Al igual que con los atletas, la comunicación es clave para garantizar una buena relación con sus padres. La relación no tiene que ser particularmente estrecha, pero si los padres tienen expectativas que no se cumplen esto puede generar descontento.

El entrenador debe informar a los padres respecto de cualquier regla de equipo y de la filosofía del entrenador también, en especial sobre temas como el tiempo en cancha.

El entrenador puede usar varias estrategias de comunicación con los padres:

Reuniones pretemporada

Mantener reuniones con los padres al comienzo de la temporada puede ser una buena forma de analizar el enfoque del entrenador en relación a los siguientes aspectos:

  • tiempo en cancha;
  • expectativas del entrenamiento (y qué sucede si un jugador no entrena);
  • objetivos del equipo para la temporada.

Obviamente es importante que lo que diga el entrenador que va a hacer, sea, en efecto, lo que hará.

Los entrenadores deben además averiguar cuáles son las expectativas del club para con el entrenador y asegurarse de que las cumplen.

Resumen de los puntos de enseñanza

Puede ser útil proporcionar a los padres (y a los jugadores) un resumen de los puntos de enseñanza después de cada entrenamiento, que puede ser un simple apunte que les entregue. Esto puede resultar beneficioso por dos motivos:

  1. Los padres pueden luego recalcar estos puntos de enseñanza a sus hijos mientras practican en su casa.
  2. Puede dar a los padres un punto de referencia para evaluar el rendimiento y las mejoras. Por ejemplo, si los padres saben que un equipo ha estado trabajando en una "ofensiva contra defensa a presión" (para superar una presión de toda la cancha), podrán "ver" el éxito en el partido cuando el equipo ejecute bien la acción. Normalmente, los padres juzgan "el éxito" solo en relación a si el equipo ganó o no el partido.

Planes individuales

El entrenador debe tener un "plan" para cada jugador sobre las cosas en las que necesita trabajar ese jugador. Dar estos datos a los padres, de nuevo, les proporciona información de cómo evaluar "el éxito": los avances que su hijo está logrando.

"Boletín de calificaciones"

Los entrenadores también pueden decidir dar a los padres (y al jugador) un "boletín de calificaciones" similar al que reciben de un maestro en la escuela. Se lo puede entregar durante la temporada, que ofrece también una oportunidad al jugador y sus padres de abordar cualquier problema, y/o al final de la temporada.

El entrenador no tiene que poner una "calificación" (ej., A, B, C...) sino que puede simplemente hacer unos comentarios basados en algunos criterios clave, e identificar en qué ha mejorado el atleta y qué necesita mejorar.

Se recomienda que el entrenador incluya los siguientes aspectos:

(a)     Asistencia a los entrenamientos (¿en cuántas sesiones estuvo ausente?)
(b)     Actitud en el entrenamiento
(c)      Asistencia a los partidos
(d)     Actitud en los partidos
(e)     Habilidades individuales: áreas esenciales por mejorar (ataque y defensa)
(f)      Conceptos de equipo: nivel de comprensión y áreas esenciales por mejorar

Horarios "de puertas abiertas"

Es posible que el entrenador quiera disponer de horarios en que los padres puedan comunicarse con él y conversar sobre cualquier pregunta o duda que tengan. Esto puede evitar que el entrenador reciba llamadas telefónicas a cualquier hora del día o de la noche.

El horario "de puertas abiertas" puede ser antes o después del entrenamiento, o en otro momento totalmente diferente. Se recomienda que no sea inmediatamente después de los partidos, ya que generalmente este es un momento cuando las emociones de los padres "se desbocan", especialmente si están molestos por el tiempo en cancha.

El entrenador también puede determinar cómo quiere que los padres se comuniquen con él.

Es posible que los entrenadores prefieran que previo a una reunión los padres le envíen un correo electrónico, o bien prefieran hablar con ellos primero. Independientemente de la preferencia del entrenador, se debe notificar a los padres.

La honestidad es la mejor política

Es posible que sea inevitable que en algún momento un entrenador de jugadores juveniles tenga una discusión con un padre en relación a un jugador, pero es natural que el entrenador desee evitarlo si fuese posible. Sin embargo, un entrenador siempre debe ofrecer una respuesta o un comentario honesto a las inquietudes.

A veces puede parecer más fácil "estar de acuerdo" con los padres ya que así se puede evitar un conflicto en el momento, pero al final solo creará un problema más grande.

Los entrenadores deberían evitar hacer declaraciones sobre cuánto tiempo en cancha tendrá un jugador, más allá de su filosofía general de entrenamiento (p. ej., todos juegan en todos los partidos). También deberían ser cuidadosos en hacer comparaciones entre dos jugadores, y deben limitar cualquier discusión entre un padre y el padre del niño en cuestión.

Cumplir la palabra

El aspecto más importante de la comunicación es que el entrenador debe hacer lo que dice que hará. Esto establece una relación de confianza y respeto y aumenta las probabilidades de que los padres ayuden con el cumplimiento de las reglas de equipo, etc.

¿Cuáles son las expectativas de los padres?

Algunos padres tienen una expectativa especial en relación con la habilidad de su hijo y esta visión puede ser realista o no. Como se mencionó antes, la comunicación es un factor clave para evitar conflictos y, cuando no se pueden evitar, para manejarlos.

No obstante, hay otras expectativas que los padres tienen de los entrenadores y generalmente, si estas no se cumplen, buscarán que sus hijos jueguen en otro lado.

Estas expectativas son que el entrenador:

  • sea organizado;
  • tenga como prioridad lograr lo mejor para los jugadores (y para sus hijos);
  • sea capaz de enseñar las habilidades y conceptos del básquetbol;
  • trate a los jugadores justa y consecuentemente;
  • esté entusiasmado por el equipo y el deporte.

No es difícil cumplir estas expectativas, ya que forman parte de los principios básicos de ser entrenador.