Sustituciones

En los equipos juveniles, todos los jugadores deben tener la oportunidad de jugar en todos los partidos y el entrenador debe hacer sustituciones con frecuencia.

Las sustituciones también deben permitir a los jugadores jugar con cada uno de sus compañeros de equipo, no se trata de tener a los “primeros cinco” que jueguen juntos y a los “segundos cinco” que jueguen cuando el partido esté ganado o perdido.

En cambio, el entrenador debe hacer sustituciones periódicas (cada cinco minutos o así) y, si tiene un entrenador asistente, es buena idea que este se encargue de controlar el tiempo para asegurarse de que todos puedan jugar.

Es posible que algunos padres se quejen con el entrenador de que no ganan partidos porque no juegan con los “mejores” jugadores todo el tiempo. El entrenador debe explicar (al comienzo de la temporada) que hará lo posible para que todos los jugadores puedan jugar.

Retroalimentación

En especial con los equipos juveniles, los partidos no son el momento para enseñar conceptos nuevos y los comentarios del entrenador deben referirse a lo que se ha hecho en el entrenamiento.

Además, la retroalimentación debe proporcionarse de manera constructiva, reconociendo lo que el jugador hizo bien, haciendo una corrección indicándole qué quiere el entrenador que haga y, luego, terminando con un comentario positivo.

A este método de dar retroalimentación a veces se lo conoce como el método “sándwich”, por ejemplo:

Positivo: 

“Has hecho un gran trabajo al seguir mirando al jugador que estás defendiendo”.

Instrucción constructiva:

“Recuerda, cuando te pasan el balón, necesitas saltar hacia ella para asegurarte de que te sitúes entre tu jugador y el balón”.

Positivo:

“Realmente lo has hecho muy bien en el entrenamiento”.

El uso de “palabras clave” (como “saltar hacia el balón”) puede ayudar al entrenador a dar retroalimentación con rapidez y también refuerza al jugador lo que se ha hecho en el entrenamiento.

A algunos entrenadores les gusta usar una pizarra para dar información y comentarios a los jugadores. Si el entrenador quiere hacerlo durante los partidos (especialmente con los equipos juveniles), debe hacerlo también en el entrenamiento, para que los jugadores se habitúen a ese método de comunicación.

Cabe señalar que en este ejemplo cada una de las frases contiene palabras positivas. El entrenador no debe centrarse en lo que el jugador esté haciendo mal, sino en indicarle qué es lo que tiene que hacer (segunda oración).