Nivel 1
3.2.9 Desarrollo holístico: desarrollar actitud y resistencia
Desarrollar actitud y resistencia
El desarrollo de las competencias personales antes descritas no sucede simplemente de forma automática porque los jugadores estén jugando al baloncesto.
Los entrenadores deben ayudar a los jugadores de corta edad a adquirir y desarrollar los recursos psicológicos necesarios para aprender, lidiar con la adversidad y mantener la confianza y una autoestima positiva.
Percepción del control
Las personas necesitan sentir que tienen el control de las cosas que les interesan: esta noción de control es el fundamento de la confianza en uno mismo y constituye un aspecto decisivo de nuestra fuerza psicológica.
El sentimiento opuesto es sentirse incapaz. Una persona incapaz siente que no puede trabajar en las cosas que le interesan y como consecuencia es posible que llegue a la conclusión de que independientemente de lo que haga, sus acciones no dan resultados.
En un contexto deportivo, también hay situaciones en las que un rival es superior, o un árbitro comete un error, y ambas circunstancias pueden estar fuera del control de los jugadores.
Focalizarse en lo que se puede controlar ayuda a garantizar que los jugadores no pierdan la confianza, aun cuando puede que hayan perdido una disputa.
En el entrenamiento, cuando el entrenador usa actividades con un nivel de dificultad adecuado y si los jugadores saben lo que tienen que hacer, se sienten en control. Por otro lado, si la dificultad del ejercicio excede el nivel de habilidad de los jugadores, ellos pueden sentirse incapaces. Sin duda, esto negativamente afectará su rendimiento.
Lamentablemente, muchos jugadores de corta edad se sienten incapaces porque no pueden alcanzar las expectativas puestas en ellos, o porque no se les dijo exactamente qué es lo que tienen que hacer, o porque no pueden alcanzar el nivel de rendimiento que otros jugadores en el equipo sí pueden.
Por ejemplo, analicemos una situación en la que el entrenador le da retroalimentación a un jugador joven:
- El jugador recibe el primer pase y lanza. El entrenador le aconseja que, a pesar de que el lanzamiento fue bueno, el jugador no debería lanzar tan pronto, el balón debería circular un poco más.
- En la próxima posesión, el jugador recibe el primer pase mientras está desmarcado cerca del cesto y en vez de lanzar hace un pase. El entrenador le dice al jugador que lance.
- En la próxima posesión, el jugador recibe el primer pase, cerca del cesto, lanza y erra. El entrenador critica al jugador por haber errado un tiro fácil.
Después de estos tres incidentes, casi con certeza el jugador estará inseguro sobre qué es lo que debe hacer. Es posible que sienta que es imposible jugar bien y complacer al entrenador. Este es un ejemplo de sentirse incapaz.
Para dar confianza al jugador, el entrenador debe definir qué es un buen tiro y qué es un mal tiro. Si el jugador lanza un buen tiro, pero erra, el entrenador debe reafirmar que fue una buena oportunidad de lanzamiento. De este modo, el jugador sentirá que tiene "el control".
Ayudar a los jugadores a sentirse "en control"
Los entrenadores deben ayudar a sus jugadores a sentirse en control en vez de incapaces. Al tener esto en cuenta, los entrenadores deben:
- dedicar tiempo a las habilidades fundamentales en cada sesión de entrenamiento;
- permitir que los jugadores practiquen las habilidades "en contexto". Por ejemplo, hacer que repetidamente dos jugadores se pasen y devuelvan el balón poco ayuda a preparar a ninguno de ellos para hacer un pase exitoso en un partido. En cambio, los entrenadores pueden introducir una habilidad con una actividad repetitiva (durante un lapso muy corto) y luego diseñar varias actividades en las que se practique tal habilidad en una variedad de contextos (p. ej.: pases en movimiento, con algunos jugadores con un defensor asignado, con defensores asignados a todos los jugadores, etc.);
- establecer objetivos alcanzables basados en el nivel de los jugadores;
- tener principios de juego claros que el equipo cumpla y recalcarlos en cada sesión de entrenamiento;
- centrarse en si el equipo ha cumplido estos principios y no en si ha anotado, ganado el partido, etc.;
- ser consistentes en lo que quieren que hagan los jugadores.
Una de las habilidades más difíciles de desarrollar en los jugadores jóvenes es su comprensión del partido porque hay varios factores que considerar al tomar las decisiones. Por ejemplo, hacer un tiro de 3 puntos puede ser una buena o una mala decisión: depende de una variedad de circunstancias.
Tal vez una de las cosas más difíciles para un entrenador es permitir al atleta que decida si tomó una buena decisión o no en vez de siempre decírselo.
Hacer al jugador preguntas abiertas como "¿dónde estaba el defensor de ayuda antes de que decidieras hacer la penetración?" o "¿qué estaba haciendo tu compañero de equipo?" lo guiarán para decidir si siguió el principio de juego adecuado.
Es de vital importancia que los entrenadores se tomen el tiempo para escuchar al jugador y no asuman por qué el jugador tomó una decisión determinada.
Podría ser que en función de lo que el jugador observó, tomó la decisión correcta pero llevó a cabo la habilidad mediocremente. Es posible que haya tomado la decisión correcta en base a lo que observó, pero el entrenador debe darle retroalimentación sobre la necesidad de haber tenido en cuenta algo más (p. ej., la posición de un defensa "de ayuda").
Puede ser, si no, que observó la situación correctamente, pero no siguió el principio de juego.
Definir la confianza en uno mismo
La confianza en uno mismo está estrechamente relacionada con la percepción de control de la persona. Es la confianza que tienen los jugadores en su habilidad y la del equipo para poder alcanzar cierto objetivo. Un jugador que confía en sí mismo sabe cuáles son sus chances aproximadamente y cómo actuar para hacer realidad esas posibilidades.
También sabe qué dificultades pueden impedir que alcance el objetivo deseado y qué debe hacer para neutralizarlas.
Puede que una persona no tenga la misma confianza en todos los aspectos de su vida; sin embargo, aumentar esta confianza en un aspecto (por ejemplo, el baloncesto) puede ayudarla a sentirse más confiada en otras áreas de su vida.
Para desarrollar la confianza en uno mismo se necesita lo siguiente:
- un análisis realista tanto de la situación que se enfrenta como de los recursos propios;
- establecer objetivos realistas y, para alcanzarlos, tener planes realistas;
- poner el énfasis en lo que puede controlarse por encima de cualquier otra cosa que no dependa de las acciones propias (ya que está fuera de su control);
- una evaluación objetiva y constructiva de las experiencias propias; no ver simplemente si se ganó o se perdió, sino en si se trató o no de una situación que uno pudiese controlar. Esto está estrechamente emparentado con cómo los jugadores deben asumir la responsabilidad: aceptar cuando una situación estaba bajo su control y el impacto que tuvo lo que hicieron (o no hicieron) en el desenlace.
Estar en control no garantiza que uno siempre gane, solo significa que el destino estaba en las propias manos.
El éxito controlado existe cuando se obtiene un resultado favorable (cuando los jugadores alcanzan sus objetivos) y los jugadores atribuyen el logro de ese resultado a haber seguido su "proceso".
De manera similar, el fracaso controlado ocurre cuando el resultado no es el que el jugador quería obtener (p. ej.: erró el tiro libre), pero el jugador aun así siente que controló el proceso al intentar conseguir el resultado deseado. En este caso, aprenden de su experiencia de fracaso y usan ese conocimiento en futuros partidos.
Un ejemplo de esto es un equipo que está perdiendo por dos puntos y tiene el último tiro.
Si son capaces de crear una oportunidad de tiro, entonces están "en control". Puede que erren el tiro, pero aceptar que estuvieron en control le dará confianza al equipo, en especial cuando enfrenten la situación de nuevo.