Inmersión en agua fría

La crioterapia (que significa “tratamiento frío”) es la estrategia que se usa con mayor frecuencia para tratar lesiones deportivas en los tejidos blandos debido a que permite reducir la respuesta inflamatoria y aliviar los espasmos y el dolor.

La inmersión en agua fría es especialmente eficaz para reducir los síntomas asociados con el DMAT, el ejercicio repetitivo de alta intensidad y las lesiones musculares.

Inmersión en agua caliente (hidromasaje)

La inmersión en agua caliente puede contribuir a la rehabilitación y la recuperación de lesiones en los tejidos blandos (pero no dentro de las primeras 24 a 48 horas posteriores a que se produjo la lesión), y suele usarse agua a más de 37 °C para aumentar la temperatura de los músculos y la temperatura corporal interna. Por lo general, se hacen inmersiones de 20 minutos.

Terapia de baños de contraste
(caliente/frío)

Los baños de contraste quizás sean los más frecuentes, independientemente de que se hagan en una ducha (alternando el agua caliente con el agua fría) o con bañeras/piscinas de agua fría y agua caliente.

Por lo general, las temperaturas van de los 10 a los 15 °C para los baños fríos y de los 35 a los 38 °C para los baños calientes. 

Recuperación en piscina

Los atletas de deportes de equipo suelen usar las sesiones de recuperación en piscina para recuperarse de una competencia, generalmente a modo de recuperación activa.

Generalmente, estas sesiones se usan para reducir el dolor y la rigidez musculares, y suelen consistir en caminar y estirar dentro de la piscina y nadar un poco. Este es un ejemplo de recuperación activa.

Recomendaciones para la hidroterapia

  • Si es posible, debe sumergirse todo el cuerpo (excepto la cabeza y el cuello).
  • Las intervenciones de recuperación deben ser prácticas y eficientes en términos de tiempo. Las hidroterapias de entre 10 y 15 minutos de duración parecen ser eficaces.
  • De acuerdo con la información que se tiene actualmente, se recomienda que la temperatura del agua fría sea de entre 10 y 15 °C y la del agua caliente de entre 38 y 42 °C para que los baños sean eficaces. Si los atletas siguen un protocolo de inmersión permanente en agua fría, se recomienda que la temperatura sea levemente más alta (p. ej., de 15 °C). De esta forma, el baño será más cómodo (lo que mejorará el cumplimiento); se ha demostrado que esta temperatura mejora la recuperación del rendimiento. Sin embargo, si los atletas siguen un protocolo de inmersión intermitente en agua fría, quizás sea más eficaz que la temperatura del agua sea más baja (p. ej., de entre 10 y 12 °C) dado que la exposición será más breve.
  • Actualmente, se recomienda que los atletas no se expongan durante más tiempo al agua caliente que al agua fría en los baños de contraste.
  • La respuesta individual de cada atleta a la recuperación variará, y no todos los atletas considerarán esta estrategia beneficiosa.