Al igual que ocurre con el rendimiento del equipo en los partidos, algunos entrenamientos serán mejor que otros y el entrenador debe examinar cada entrenamiento a fin de determinar qué funcionó bien (para repetirlo) y qué no fue tan eficaz (para cambiarlo para la próxima vez). Esto forma parte del ciclo reflexivo del entrenador.

Al finalizar cada sesión de práctica, el entrenador debe hacer una breve evaluación, que puede incluir el registro de lo siguiente:

  • el rendimiento en actividades específicas (por ejemplo, cantidad de tiros en bandeja realizados en un momento determinado durante una actividad). Esto puede usarse para hacer un seguimiento de las mejoras de una sesión de entrenamiento a otra;
  • las variaciones en alguna de las actividades usadas por el entrenador, en particular si la actividad fue muy fácil o muy difícil para el equipo;
  • las áreas específicas en las que el entrenador crea que se debe trabajar más. En el entrenamiento es muy importante resistirse a continuar con una actividad hasta que salga “perfecta”, es decir, continuar más tiempo que lo planificado. Esto reducirá el tiempo disponible para otras partes del entrenamiento. En su lugar, el entrenador puede registrar qué otras cosas hay que hacer en el siguiente entrenamiento;
  • los aspectos en los que las actividades específicas funcionaron bien y aquellos en los que no;
  • toda observación sobre el rendimiento de jugadores específicos y las áreas para continuar trabajando o el avance en su aprendizaje de habilidades;
  • posibles metas sobre las que hacer hincapié en el siguiente partido; e
  • ideas sobre actividades o habilidades en particular en las que concentrarse en el siguiente entrenamiento.

Puede ser muy eficaz grabar los entrenamientos y después ver el video. Obviamente, esto ayudará al entrenador a identificar las áreas que pueden necesitar mejoras (individuales o de equipo), pero, lo más importante, puede ayudar al entrenador a identificar lo siguiente:

  • el nivel de participación de los jugadores en el entrenamiento: ¿pasaron mucho tiempo deambulando?
  • la eficacia del entrenador al dar instrucciones: ¿pudieron oír todos los jugadores? ¿Todos los jugadores prestaron atención?
  • ¿Los jugadores tuvieron suficientes oportunidades de practicar o el entrenador habló durante mucho tiempo?

Muchos entrenadores no se podrán dar el lujo de grabar los entrenamientos, pero pedirle a un colega que mire un entrenamiento o pedirles retroalimentación a los jugadores puede ser igual de útil. La persona que observe no necesariamente debe comprender las actividades ni las habilidades específicas del básquetbol, puesto que su observación del desarrollo del entrenamiento no tiene que ver con el básquetbol específicamente.

El entrenador también debe llevar un registro de quiénes asistieron al entrenamiento y de toda lesión o restricción que impedía que los jugadores participaran.

Otra posibilidad es que el entrenador observe específicamente su propio rendimiento en lugar de sólo el entrenamiento en general. Para hacer esto es muy útil tener tomas de video del entrenamiento o que un colega observe el entrenamiento. El objetivo de este análisis pormenorizado es determinar lo siguiente:

  • ¿qué tarea de entrenamiento está realizando el entrenador?;
  • ¿cuáles fueron sus acciones específicas en el entrenamiento? y
  • ¿cuál es el contexto?

Tareas del entrenador

El entrenador tiene tres tareas principales. Hasta qué grado desarrollará el entrenador cada tarea en cada entrenamiento dependerá de los objetivos del entrenamiento y de los recursos disponibles.

Gestionar

Este es el aspecto organizativo de ser entrenador. Se relaciona con todas las cosas prácticas que hace el entrenador para que el entrenamiento salga bien. En ocasiones el entrenador puede delegar tareas a un asistente o incluso a los jugadores. 

Enseñar

Es lo que hacen los entrenadores para desarrollar las habilidades y la comprensión estratégica de los atletas.

Comunicar

Se refiere al aspecto del desempeño como entrenador vinculado a las relaciones humanas. Tiene que ver con la forma en que se relaciona el entrenador con los atletas y el tipo de clima social que promueve el estilo del entrenador.

Las tareas del entrenador a menudo se superponen. Enseñar y gestionar están estrechamente relacionados y comunicar es una tarea más amplia, presente en casi todo lo que se hace. A continuación se incluyen algunos ejemplos de las tareas del entrenador.

Gestionar:

“Necesito tres grupos en la línea de fondo y cada grupo debe tener un balón”.

Enseñar:

“Protejan el balón manteniéndola a la altura de la barbilla, nunca la sujeten debajo de los hombros cuando estén en la zona (de tres segundos)”.

Comunicar:

“Feliz cumpleaños, Jaz. ¿Recibiste lindos regalos?”

Al analizar su rendimiento, el entrenador debe observar cuánto tiempo dedica a cada tipo de tarea. A menudo, el entrenador destina más tiempo a las actividades de gestión (p. ej., decirles a los jugadores dónde correr, dónde pasar, etc.) que a enseñar.

Acciones del entrenador

Las acciones del entrenador son todas las cosas visibles que hace el entrenador al desarrollar sus funciones como tal, ya sean verbales o no verbales.

ACCIÓN

EJEMPLO

Explicar

“En esta sesión trabajaremos en nuestro juego de pies defensivo contra un jugador del poste”.

Informar

“Deben estirar el brazo al lanzar el balón”.

Elogiar

Dar una palmada en la espalda luego de una buena jugada.

Corregir

“Deben pasarla hacia la derecha, con la mano izquierda. Si usan la mano derecha, el defensor podrá desviar el pase fácilmente”.

Preguntar

“Cuando avanzan hacia la canasta, ¿qué pie hay que mover primero?”

Contexto del entrenamiento

El último factor importante al evaluar el rendimiento de un entrenador es el contexto, que se refiere a los antecedentes de las acciones del entrenador. El contexto del entrenamiento a menudo tendrá efectos sobre lo que el entrenador quiera hacer, cómo lo haga y qué tan eficaz sea.

Claramente, la misma acción en diferentes contextos puede llevar a resultados muy diferentes. Por ejemplo, puede estar bien que el entrenador levante la voz y grite cuando entrena a un equipo experimentado de jugadores grandes, pero puede tener un efecto muy perjudicial en jugadores muy pequeños.

No obstante, el contexto del entrenamiento para estos fines tiene más que ver con aquel que tiene efectos sobre el entrenador. Por ejemplo:

¿Qué ocurre?
¿Quiénes participan?
¿Cuándo? ¿En qué parte de la temporada?
¿En qué parte del entrenamiento?
¿Dónde? ¿El espacio/lugar y los equipos afectan el entrenamiento?
¿Por qué? ¿Hay otros factores que explican aspectos del comportamiento del entrenador?

En algunos entrenamientos el entrenador puede enseñar muy poco porque el foco de la sesión puede estar en que los jugadores practiquen habilidades que ya saben aplicar bien en el entrenamiento pero que deben mejorar bajo la misma presión que existe en un partido.

Sin embargo, en determinados contextos, el entrenador debe estar preparado para pasar la mayor parte del tiempo enseñando, en lugar de gestionando. Si ve que está haciendo muchas tareas de gestión, debería analizar las siguientes posibilidades:

  • delegar algunas tareas a otra persona (p. ej., al entrenador asistente, al gerente del equipo, a los jugadores o a los padres);
  • cumplir las tareas de manera más eficaz mediante la realización de menos actividades pero más variadas, de manera de aumentar la complejidad y abordar diferentes puntos de enseñanza;
  • esperar más tiempo antes de frenar una actividad, observar y ver si los jugadores pueden descifrar cómo hacer la actividad;
  • usar las palabras clave de manera más eficaz;
  • planear las actividades de otra manera, por ejemplo, designando antes del entrenamiento qué grupos de jugadores participarán o aplicando la regla de que la mitad del equipo use una camiseta blanca y la otra mitad una camiseta de otro color (para ayudar a dividir en grupos);
  • usar actividades similares de un entrenamiento a otro, de manera que no tiene que explicar constantemente cómo funciona una actividad nueva.