Jugadores de 15 a 18 años de edad

En este grupo etario, los resultados de la competición son importantes, sin perder de vista la perspectiva educativa que todavía debe estar presente. En consecuencia, hay dos tipos de partidos:

  • aquellos en los que el objetivo principal es ganar. Estos casos normalmente no deberían superar el 25% cuando se trata de jugadores de 15 a 16 años, o el 40% para los de 17 a 18 años;
  • aquellos en los que el objetivo principal es consolidar el trabajo formativo que se realizó durante las sesiones de entrenamiento.

Si se usan correctamente, los partidos en los que el objetivo principal es ganar también son parte del trabajo formativo de jugadores juveniles, ya que estos deben aprender a enfrentar el estrés de tales partidos. Y también deben aprender a manejar la adversidad al perder y la importancia del espíritu deportivo cuando se gana.

La existencia de estos partidos, sin embargo, no significa que la principal prioridad del plan de entrenamiento deba ser preparar al equipo para ganarlos (a diferencia de lo que sucede con los equipos profesionales).

Al prepararse para la práctica, es importante que el entrenador tenga en cuenta al equipo rival y las siguientes cuestiones:

  • Si se trata departidos en los que el principal objetivo es ganar, el entrenador debe preparar a los jugadores para que tengan las mejores oportunidades de alcanzar ese objetivo y para que se habitúen a tales situaciones.
  • Y para todos los otros partidos, el entrenador debe preparar a los jugadores para que aprendan a partir de ellos.

Por ejemplo: si en entrenador sabe que un próximo rival utiliza una defensa de hombre a hombre en todo la cancha, aun si el principal objetivo no es ganar este partido, tiene una excelente oportunidad para trabajar en contenidos relacionados con el ataque contra este tipo de defensa.

Por lo tanto, deben tener esto en cuenta cuando planifican las sesiones de entrenamiento.

Lo que sucede con muchos equipos juveniles es que el entrenador tiene información limitada sobre el rival, de modo que muy a menudo se centra en las fortalezas de su propio equipo y en cómo quiere que se juegue el partido (ritmo, etc.).

Durante las semanas cuando se jugarán partidos para ganar, el entrenador puede dedicar una o dos sesiones de práctica a prepararse específicamente para esos partidos. El resto del tiempo, el entrenador no debe usar tiempo de práctica para prepararse para los partidos.

Más allá del objetivo principal de los partidos, el entrenador debe establecer objetivos de rendimiento para todos ellos.

Para aquellos partidos en los que la meta principal es ganar, los objetivos de rendimiento aumentan la probabilidad de lograr este resultado. Y en los otros partidos, los objetivos de rendimiento relacionados con el progreso individual o colectivo de los jugadores ayudan a lograr mejoras.