Generalmente, el jugador que controla el balón tiene un lado por donde prefiere atacar y en el que es más hábil para hacerlo. Si el jugador es diestro, es probable que ataque con mayor eficiencia por la derecha (y viceversa en el caso de que sea zurdo). Sin embargo, no siempre es así, ya que a veces los jugadores diestros atacan mejor cuando se mueven por la izquierda.

Es importante que el encargado de estudiar al rival identifique no solo con qué mano tira un jugador sino también con qué mano prefiere botar.

El debilitamiento es, sencillamente, un esquema defensivo que consiste en obligar a un jugador ofensivo a penetrar por su lado no preferido. Puede ser muy eficaz para los bloqueos con balón.

El defensor debe desplazarse hacia un lado para evitar que el driblador se mueva en esa dirección. El defensor no debe permitir que el atacante penetre en línea recta, de modo que necesita permanecer “en la cadera” del atacante.

El defensor del bloqueo debe salir del bloqueo y moverse para quedar en una posición que le permita ejercer presión sobre el driblador (cuando se mueva en la dirección en que lo obligue la defensa).

En la táctica de debilitamiento, puede que sea necesario obligar al atacante a usar el bloqueo (bote hacia el bloqueo) o a botar para alejarse del bloque. El factor determinante es que la defensa no permita que el atacante se mueva en la dirección que prefiere.

Si se mueve en dirección al bloque, el defensor debe pasar por encima del bloque. Si pasa por debajo del bloque, el driblador podría cambiar de dirección y volver a usar su mano preferida.

Independientemente de la dirección en la que el driblador se vea obligado a moverse, un jugador del perímetro de ese lado (p. ej., x2) puede iniciar una ayuda y recuperación (o una maniobra) para ejercer más presión sobre el jugador.

La clave para que esta estrategia sea exitosa es que el defensor que sigue el balón se mueva con rapidez y se coloque en una posición que impida que el driblador use su lado preferido.