El objetivo es mantener a los jugadores descansados, de manera que siempre puedan tener un rendimiento óptimo.

El primer paso es entender con qué carga están lidiando los jugadores, lo que obviamente se verá afectado por las actividades ajenas al entorno del equipo y sobre las que posiblemente el entrenador no tenga control.

Por ejemplo, la carga física puede verse afectada por compromisos con otros equipos o con la escuela o el trabajo, y la carga psicológica puede verse afectada por lo que ocurra en la escuela o el trabajo o en su vida familiar. Para ayudar a entender la carga que experimentan los jugadores, el entrenador tiene las siguientes posibilidades:

  • hacer que los jugadores lleven un diario de sus actividades y revisarlo periódicamente con el jugador;
  • hacer que los jugadores lleven un calendario en el que incluyan las fechas clave (p. ej., fechas de exámenes, vacaciones, fechas de entrega de presentaciones o trabajos). El entrenador debe tener esto en cuenta en particular para detectar los momentos en los que probablemente el jugador esté muy estresado y reducir los compromisos durante esos periodos, si es posible;
  • comunicarse con otros entrenadores para determinar cuáles son los requisitos para el atleta. ¿Es posible unificar algo de manera que el atleta no tenga que repetir el entrenamiento?
  • evaluar en el entrenamiento la carga física de cada actividad, lo cual involucra tanto la actividad en sí (p. ej., carreras a toda velocidad por la cancha en un ejercicio de práctica de tiros en bandeja o carreras cortas en un ejercicio de práctica de “ajuste al atacante” ) como la cantidad de repeticiones que hace el jugador;
  • hacer que el jugador registre en el diario cuánto durmió cada noche y evaluar cómo se siente (a continuación se ofrece un ejemplo con casillas para marcar).

Al preparar el plan para la temporada, el entrenador debe estar dispuesto a programar descansos en momentos de mucha carga física, lo cual puede consistir en que descansen algunos jugadores y otros no (p. ej., los jugadores que participan en programas nacionales además de programas de clubes pueden tener un tiempo de descanso luego de su participación en el programa nacional).

Durante la temporada, el entrenador debe evaluar de forma continua cómo lidian los jugadores con las cargas físicas y debe estar dispuesto a hacer cambios si hay signos de cansancio físico (que puede ser causado por otros factores, y no sólo por el programa del entrenador). Entre los cambios se puede incluir una reducción en la duración de las sesiones de práctica, un cambio al contenido de las sesiones (por actividades de menos exigencia física) o la cancelación de un entrenamiento.

Los entrenadores deben asegurarse de que los jugadores comprendan la importancia de la recuperación física y tal vez deban incluir en el programa actividades tales como una sesión de recuperación en la piscina para todo el grupo.

El cansancio psicológico puede tener un impacto igual de grave en el rendimiento, aunque no siempre es tan fácil de prever o detectar. El estrés por causas relacionadas con el trabajo, la escuela o la familia tendrá efectos sobre el rendimiento, y es posible que el entrenador deba hacer ajustes en el programa para determinados atletas en ciertos momentos (p. ej., que los jugadores no entrenen en la semana de exámenes en la escuela).

Es posible que los jugadores necesiten un tiempo de descanso o directamente un corte con el entrenador o el programa, en particular durante temporadas largas. Existen muchas formas en las que un entrenador puede abordar esto, tales como:

  • que algunos entrenamientos los dirijan entrenadores asistentes, de manera que los jugadores no sólo escuchen la voz del entrenador. También puede valer la pena que un entrenador externo al programa dirija un entrenamiento cada tanto (p. ej., que el entrenador de mayores del club dirija un entrenamiento de un equipo juvenil);
  • usar el “entrenamiento cruzado”, en el que la práctica involucra otros deportes. Esto es particularmente común cuando se trabaja en el estado físico, pero también puede funcionar para la práctica de habilidades técnicas (p. ej., “pasar y cortar” y “bloquear” son eficaces tanto en el fútbol como en el básquetbol);
  • programar, cada tanto, un evento social (p. ej., una cena del equipo) en lugar del entrenamiento;
  • dejar que los jugadores dirijan las actividades durante las prácticas, por ejemplo, permitirles que elijan qué actividades quieren hacer a partir de una lista provista por el entrenador o de manera libre.