La adolescencia es una época de crecimiento y cambios en la composición del cuerpo, entre los que se incluye un aumento diferencial de la masa muscular en los hombres y de la masa adiposa en las mujeres. También es una época de cambios sociales y emocionales en la que el jugador puede tener inquietudes respecto de su imagen corporal no relacionadas con sus actividades deportivas y que, especialmente en las mujeres, pueden dar origen a conductas alimentarias no deseadas.

Es importante apoyar a los jugadores jóvenes durante este período para que adopten hábitos alimentarios saludables acordes a sus objetivos deportivos y que contribuyan a una buena salud a largo plazo. En algunos casos, los jugadores necesitarán adoptar estrategias especiales para aumentar el aporte de energía en pos del crecimiento o para reducir el aporte innecesario de energía y controlar el peso de forma saludable o adaptarse a un período de menor entrenamiento (p. ej., debido a una lesión o un receso).

Estrategias para fomentar actitudes positivas respecto del físico

  • Aliente a los atletas para que se sientan cómodos con sus cambios físicos durante la adolescencia.
  • Evite las prácticas que hagan un hincapié innecesario en los cambios físicos normales, especialmente las relacionadas con el rendimiento (p. ej., anotar el peso de los jugadores de manera punitiva).
  • Esté atento a situaciones en las que los jugadores podrían sentirse incómodos usando ropa muy descubierta o ajustada (p. ej., ropa de licra o ejercicios “en cueros”).
  • Esté atento para detectar problemas de regímenes alimentarios restrictivos o aumentos de peso no saludables y ayude al jugador a buscar ayuda profesional lo antes posible.
Estrategias alimentarias orientadas a aumentar el aporte energético Estrategias alimentarias orientadas a reducir el aporte energético
 

  • Planifique una serie de comidas y refrigerios saludables durante el transcurso del día para que los jugadores consuman energías y proteínas de forma habitual; no confunda la necesidad de consumir más alimentos energéticos con el permiso para consumir comida chatarra en exceso.
  • Organícese para llevar refrigerios y comidas prácticas compatibles con un estilo de vida ajetreado.
  • Aproveche al máximo las bebidas compactas con un contenido elevado de nutrientes que son fáciles de consumir: batidos de frutas, licuados con leche, jugo, comidas líquidas.
  • No se exceda con comidas pesadas o con un contenido elevado de fibra; cuando no se tiene mucha hambre o capacidad en el estómago, es mejor elegir guarniciones como verduras, ensaladas y granos integrales en lugar de alimentos que causan una sensación de saciedad excesiva.
  • Lleve un registro periódico para verificar la eficacia del plan alimentario o identificar si se saltan comidas o refrigerios.
  • Planifique una serie de comidas y refrigerios sustanciosos durante el día para que los jugadores consuman alimentos con energía y proteínas de forma periódica y no tengan episodios de hambre o cansancio.
  • No se salte comidas ni limite el consumo de forma excesiva; el hambre suele causar que los jugadores coman en exceso.
  • Reduzca el consumo de bebidas energéticas para que la mayor parte de las necesidades energéticas del día se cubran con alimentos que puedan masticarse y comerse más despacio.
  • Incorpore muchas ensaladas y verduras frescas o frutas con un contenido elevado de agua (como bayas y melones) y elija alimentos con cereales integrales para que las comidas y los refrigerios sean sustanciosos. Tenga en cuenta que las comidas serán más sustanciosas si les agrega proteínas.
  • Lleve un registro periódico para verificar la eficacia del plan alimentario o identificar conductas problemáticas (p. ej., comer por aburrimiento, comer en exceso).