Defender una ventaja

Tener una ventaja cuando quedan pocos minutos para terminar es lo que todo equipo quiere. En muchos partidos, parece que el equipo de ataque tiene una ventaja cómoda y que el partido terminará relativamente rápido.

Sin embargo, como saben todos los que han visto el vídeo de Reggie Miller anotando 8 tantos para los Indiana Pacers en 9 segundos de juego contra los New York Knicks, un partido no está terminado hasta que suena la sirena final.

Para muchos equipos es difícil defender una ventaja cuando su rival comienza a alcanzarlos.

En su definición más simple, "defender una ventaja" es continuar haciendo lo que haya sido que permitió estar arriba en el tanteador. Obviamente, el rival puede tener posibilidades de ganar solo si es capaz de superar en tantos al otro equipo. Esto destaca la importancia fundamental de que ambos equipos procuren obtener la mejor oportunidad de tiro cada vez que tienen la posesión del balón.

Una excelente actividad para trabajar en esto es el "partido de entrenamiento de dos mitades":

  • Designar a dos equipos (3x3, 4x4 o 5x5), quienes jugarán uno contra el otro por dos periodos (p. ej., 3-5 minutos cada mitad). Juegan en la mitad de la cancha y el entrenador puede definir cualquier "regla" particular para cambiar el énfasis del ejercicio;
  • Luego de que la defensa obtiene el balón, sea a través de un robo, un rebote o una anotación ofensiva, va al otro lado para anotar sin ser marcada. Pueden tirar tiros de dos o tres puntos y continuar tirando hasta que anoten;
  • El equipo defensivo luego devuelve el balón a los atacantes y juegan otra vez uno contra el otro en media cancha;
  • En la mitad del ejercicio, el equipo defensivo debería tener la ventaja, ya que anotaron en cada posesión. Los equipos intercambian roles en la segunda mitad, para que el equipo ofensivo ahora sea el defensivo.
  • La presión ahora estará sobre el nuevo equipo ofensivo (quien probablemente tenga la ventaja) porque sabe que cada vez que el equipo defensivo tenga el balón anotará.

Independientemente de la importancia de la "selección del tiro", existen muchas otras cosas que el entrenador debería tener en cuenta al preparar a su equipo (y también al guiarlo durante un partido) para defender una ventaja.

La importancia de los tiros libres

Comúnmente, un equipo que va perdiendo cometerá faltas contra su oponente para que transcurra la menor cantidad de tiempo de juego posible antes de hacerse nuevamente con la posesión del balón. Si el equipo sobre el cual se cometen las faltas encesta los tiros libres correspondientes, será más difícil que el equipo que va perdiendo pueda alcanzarlo.

Los equipos deben practicar tiros libres en todas las sesiones de práctica, y deben hacerlo bajo "presión igual que en un partido", tales como:

  • Hacer tiros libres cuando están cansados (p. ej., luego de correr);
  • Hacer solo una cantidad limitada de tiros (1, 2 o 3) cada vez;
  • Imponer un castigo si se erran tiros (p. ej., descansar y tomar líquidos si encesta, correr alrededor de toda la cancha si erra);
  • Actividades en las cuales todos los jugadores deban contribuir (p. ej., el equipo debe hacer 10 tiros consecutivos, uno por cada jugador). Este tipo de actividad podría implicar una mayor “presión” sobre el tirador a medida que el equipo se acerca al objetivo;

Tirar con distracciones (p. ej., música alta, otros jugadores gritando e intentando distraer al tirador).

Los entrenadores también deben saber qué jugadores del equipo ejecutan mejor los tiros libres y procurar que reciban el balón, de forma tal que haya más probabilidades de que la falta se cometa sobre ellos y sean ellos quienes ejecuten los tiros libres.

Jugadores en descanso

Una vez que el equipo ha logrado la ventaja, es una buena oportunidad para dejar descansar a algunos jugadores titulares y dar más tiempo de juego a otros que usualmente no juegan tanto. Esto puede ser particularmente importante durante un torneo, ya que permite que los jugadores principales descansen, y también fomenta el progreso de los demás jugadores.

Sin embargo, el peligro es que el oponente podría igualar el tanteador mientras juegan los suplentes y cobrar fuerza, aun cuando los jugadores titulares vuelvan a la cancha.   Algunos entrenadores no modifican su patrón de sustitución para evitar problemas. Este enfoque no se recomienda, ya que no solamente fatigará más a los jugadores titulares, sino que también priva a los otros jugadores de la oportunidad de desarrollarse.

Uno de los objetivos primordiales de cualquier entrenador de equipos juveniles debe ser fomentar el progreso de todos los jugadores. Si bien los planes del entrenador podrían ser utilizar solo a 6 o 7 jugadores, situaciones de lesión o faltas frecuentemente exigirán que otros jugadores también participen.

El enfoque recomendado es rotar entre suplentes y titulares. La recomendación es que una vez que se ha alcanzado una ventaja, hay que aprovechar la oportunidad de dar a los suplentes más tiempo de juego, pero dejar a 1 o 2 jugadores titulares en la cancha. 

Enfoque en la defensa

Una vez que se ha logrado una ventaja, el equipo que la tiene ganará si logra impedir que el oponente anote. A pesar de que suena muy simple, no debería darse por sentado. Varias de las estrategias analizadas aquí para defender una ventaja son de tipo ofensivo, pero una buena defensa podría ser la forma más eficaz de preservar una ventaja.

Esto no significa que los equipos de básquetbol juvenil que han logrado una ventaja considerable, de 20 o más tantos, deberían continuar aplicando una defensa de "alta presión" durante todo el partido. Una vez que se ha logrado una ventaja, los equipos juveniles deberían aplicar una estrategia de defensa a media cancha, si bien no tiene que ser necesariamente pasiva.

Los entrenadores pueden asignar a los jugadores objetivos basados en una buena defensa, por ejemplo:

  • Contener al driblador;
  • Interceptar pases;
  • Impedir que el balón llegue a la zona (de tres segundos) (sea bote, pase o rebote);
  • Impedir que se efectúen tiros desde zonas particulares (p. ej., poste bajo, esquinas);
  • Forzar violaciones de 24 segundos del oponente o violaciones de 5 segundos de jugadores individuales.

El entrenador debería brindar comentarios específicos sobre estos objetivos, y de ser posible contar con un asistente que lleve un registro estadístico para constatar su eficacia. En ocasiones el entrenador podría fijar un objetivo específico (p. ej., "Tenemos que conseguir 5 posesiones en las cuales no logren llegar con el balón a la zona (de tres segundos)"), pero tan solo llevar un registro (p. ej., saber cuántas veces un defensor detuvo un bote de penetración sin necesitar ayuda) también puede valer la pena.

Ataque más paciente

Algunos entrenadores piden a sus equipos que sean más pacientes en su ataque, posiblemente no efectuando un tiro desde fuera de la zona (de tres segundos) a menos que primero hayan penetrado en la zona (sea mediante bote o un pase a un jugador de poste). El motivo para esto es que cuanto más pronto se efectúa un tiro más tiempo tiene el rival para organizar su "vuelta".

Si esto difiere de la manera en la cual el equipo normalmente juega, los jugadores podrían entender mal o malinterpretar la instrucción. Por lo tanto, el entrenador debería asegurarse de que el equipo haya practicado todas las reglas para "bajar el ritmo" que quiera aplicar.

Especialmente en el caso de jugadores jóvenes, puede ser difícil entender que el mismo tiro (p. ej., un tiro de 3 puntos desde la esquina) puede ser una buena opción (p. ej., después de "penetrar y pasar") o una mala opción (si se hace a los 5 segundos de iniciar el ataque, sin que haya jugadores para el rebote en posición).

Para evitar ese tipo de confusiones, los entrenadores deben definir los conceptos de "bueno" y "malo" no en referencia al tiro en sí mismo (p. ej., un intento de un tiro de 3 puntos), sino a elementos del "proceso" (p. ej., "luego de invertir el balón ", "luego de tocar al poste").

¡Seguir haciendo lo que le dio la ventaja!

Este enfoque a veces podría ir en contra de querer aplicar un ataque más "paciente", y si un equipo está jugando con un ritmo rápido debe darse cuenta que continuar jugando de esa manera aumenta la cantidad de posesiones para el oponente.

Frecuentemente, cuando un oponente logra "volver", el equipo que tenía la ventaja pierde confianza, y esto puede hacer que empeore su juego, dándole más impulso a la "vuelta" del oponente.

Frecuentemente la "vuelta" es la consecuencia de que el equipo con la ventaja cambia su estrategia de ataque (p. ej., efectúa más tiros desde el perímetro), especialmente si han ingresado jugadores nuevos a la cancha. En este caso el entrenador debe reenfocar el equipo para que siga haciendo lo que venía funcionando.

En otros casos, el cambio podría ser el resultado de que el equipo defensivo se haya ajustado a lo que el equipo con la ventaja estaba haciendo (p. ej., la defensa podría haber comenzado a aplicar una defensa de "dos contra uno" sobre un jugador de poste o una defensa de zona en vez de individual). En esta circunstancia, el entrenador debería saber determinar qué ha cambiado en la defensa y hacer los cambios necesarios a su ataque.

Practicar situaciones “tiempo y anotación”

Similar al "partido de entrenamiento de dos mitades" descrito anteriormente, practicar varias situaciones (p. ej., tener una ventaja de 5 tantos, o estar 10 tantos abajo) dará a los equipos confianza de que pueden "defender la ventaja" con éxito.

Al hacer esto, el entrenador también podría instituir algunas "reglas" para que durante el partido no sea necesario pedir un tiempo muerto para aplicar una estrategia específica (por ejemplo, si un equipo ha tenido tres posesiones sin anotar, la siguiente posición podría aplicar una jugada específica). Es particularmente difícil que el otro equipo detecte esto.

Al practicar situaciones de tipo "tiempo y anotación", el entrenador podría dividir al equipo de forma equitativa, no enfrentando a los 5 titulares contra cinco suplentes. El entrenador también podría considerar usar 5 contra 7 jugadores para aumentar la presión sobre el equipo.

Bajar el ritmo

Cuando un equipo está intentando alcanzar al oponente, generalmente aumentará el ritmo del partido, por ejemplo, aplicando una estrategia de defensa de cancha completa o efectuando tiros más rápidamente que lo normal.

El equipo con la ventaja podría intentar deliberadamente bajar el ritmo del partido, haciendo que los jugadores incurran en violaciones de "5 segundos" u "8 segundos" en vez de hacer un pase equivocado que pudiera ser interceptado. Mover el balón con lentitud por la cancha, en lugar de usar transiciones rápidas (si el equipo defensivo lo permite) también disminuye el ritmo, a pesar de que el equipo de ataque debe asegurarse de reservar suficiente tiempo para hacer un buen tiro.

No dejar que roben segundos

Una táctica común utilizada por los equipos que intentan alcanzar al oponente es hacer un saque de banda y dejar que el balón rebote varias veces antes de recogerlo; el motivo para esto es que el reloj del partido no comienza a correr hasta que un jugador toca el balón. A pesar de que aparentemente eso no representa una gran diferencia, un equipo puede fácilmente "ahorrar" de 2 a 3 segundos de una posesión, ¡lo que equivale a de 8% a 12% de un reloj de tiro de 24 segundos!

Para evitar esto basta con hacer que un defensor se coloque en una posición que le permita interceptar el pase, lo que obligará al equipo de ataque a tomar el pase inmediatamente y comenzar a botar, y el reloj habrá empezado a correr.

Permitir que un equipo "robe" segundos.

Hacer que un defensor en la cancha del oponente lo impida.