Los “torneos largos” generalmente se disputan entre equipos representativos, en los que los jugadores provienen de diversos equipos (p. ej., selecciones nacionales).

El "juego por torneo" es único en varios aspectos y se caracteriza por:

Es probable que el equipo haya tenido poco tiempo para prepararse, y podría estar formado por jugadores que son titulares en los equipos de los que proceden;
Se disputa durante un período corto, no más de 2 semanas;
El equipo tiene un tiempo relativamente corto para descansar entre partidos (posiblemente de 24 a 48 horas), y en el caso de torneos juveniles podría tener que jugar más de un partido por día;
Los equipos se reparten en "grupos", y los resultados de los dos o tres primeros partidos podrían determinar la posición del equipo en el torneo. En general, alcanza con que el equipo pierda un único encuentro (cuartos de final) para no quedar entre los primeros 4 equipos;
El horario de los partidos varía: algunos son por la mañana, otros por la tarde y otros por la noche;
Se juega una única vez con cada oponente.

Los torneos frecuentemente presentan muchas distracciones para los atletas que no existen durante los partidos en una liga, como por ejemplo:

Vivir lejos de casa;
El torneo podría ser parte de un evento multideportivo en el cual distintos deportes terminan en diferentes momentos (generalmente, el básquetbol transcurre durante todo el evento);
Cambios a la dieta y hábitos de sueño (debido a los distintos horarios de los partidos) y posibles problemas de convivencia debido a que todos están conviviendo.

Al preparar al equipo, los principales aspectos que un entrenador debe tener en cuenta son:

Elegir a los integrantes del equipo;
Elegir a los entrenadores asistentes y al personal de apoyo;
Tener el "libro de juego" del equipo (lo que el equipo hará en la cancha);
Organizar los aspectos "fuera de la cancha" (organizar el torneo);
Entender las reglas del torneo.