NIVEL 3
2.2.2 Diseño de esquemas ofensivos y defensivos
El deporte del basquetbol continúa evolucionando a medida que las características atléticas y el nivel de habilidad de los jugadores cambian y los entrenadores diseñan estrategias para aprovecharse de, y también neutralizar, las cambiantes habilidades en el juego.
¿Qué es un esquema ofensivo o defensivo?
Los entrenadores deben determinar cómo quieren que su equipo juegue el partido. Los esquemas ofensivos y defensivos simplemente representan las tácticas y filosofía generales que dictarán el juego del equipo.
Muchos equipos pequeños, especialmente los juveniles, utilizan un enfoque único y sencillo al juego (p. ej., utilizar una defensa "individual"), y es únicamente cuando la preparación de un equipo involucra diversas tácticas separadas (p. ej., un conjunto ofensivo contra una defensa "individual", un conjunto ofensivo contra una defensa de "1 base al frente", un conjunto ofensivo contra una defensa de "2 bases al frente", etc.) que hablamos de un esquema.
Su filosofía frente a su equipo
Muchos entrenadores tienen la reputación de ser particularmente adeptos a uno de los aspectos del deporte (p. ej., "es un excelente entrenador defensivo" o "es un excelente entrenador de tiros"), o se los asocia con patrones de juego específicos (p. ej., la "ofensiva UCLA" de John Wooden, o la "ofensiva Princeton" de Pete Carril), o estilos de juego (el contrataque del básquetbol de Paul Westhead).
De hecho, los entrenadores deberían tener su propia filosofía en cuanto a cómo debe jugarse el deporte. Por ejemplo, la FIBA insta a los entrenadores de jugadores juveniles a que se concentren en enseñar las habilidades ofensivas y defensivas fundamentales del deporte antes de pasar a patrones o jugadas específicas.
Cuando los entrenadores tienen jugadores más experimentados y con mayor habilidad las oportunidades de diseñar esquemas más complejos para el equipo aumentan.
Sin embargo, al hacer esto los entrenadores deberían estar conscientes de los atributos que tienen los jugadores de su equipo. No tiene mucho sentido implementar un sistema que exija que los jugadores tengan determinadas características si los jugadores de su equipo no las tienen.
Por supuesto, a través de prácticas bien dirigidas los jugadores pueden desarrollar las habilidades que no tienen, por lo que el entrenador debe decidir:
- qué atributos y habilidades se necesitan para poner en práctica el estilo de juego preferido por el entrenador;
- en qué medida los jugadores del equipo ya tienen dichos atributos y habilidades;
- en qué medida los jugadores del equipo pueden adquirir dichos atributos y habilidades.
Es únicamente cuando el entrenador cree que los jugadores tienen los atributos y habilidades necesarios para un estilo particular, o que pueden adquirirlos, que el entrenador debería implementar ese estilo de juego en el equipo. Al tomar esa decisión, el entrenador también debe considerar de cuánto tiempo de preparación dispone con el equipo, y ser realista al evaluar cuánto podrá enseñar.
Muchos entrenadores de equipos pequeños tienen pocas opciones para reclutar a jugadores (o tipos de jugadores) específicos para su equipo, y por eso podrían encontrarse en una situación en la que no pueden aplicar su estilo preferido de juego en un equipo en particular porque carecen de las habilidades, experiencia o atributos físicos necesarios, o porque no tendrán suficiente tiempo de preparación.
Beneficios de enseñar un esquema
Un esquema ofensivo o defensivo es simplemente preparar al equipo para que pueda jugar más de un estilo o estructura. Por ejemplo, un esquema defensivo podría incluir:
- defensa de presión en cancha completa;
- reglas de defensa durante la transición;
- reglas de defensa individual en mitad de cancha;
- defensa postes
- defensa a jugadores perimetrales
- reglas de zona de media cancha.
Y dentro de las estructuras por zona y de defensa "individual" a mitad de cancha podría haber opciones de alta presión (las cuales frecuentemente permiten acelerar el ritmo del partido), así como opciones que podrían disminuir el ritmo del partido.
Existen varios beneficios directos de contar con un esquema ofensivo o defensivo en vez de con un único estilo de juego:
- el equipo se hace más difícil de “estudiar”;
- permite cambiar el ritmo del partido;
- permite ajustar durante el transcurso del partido las estrategias al oponente;
- da a los jugadores la confianza de que pueden ajustarse a las diferentes tácticas del oponente y hacerles frente;
- permite ajustarse rápidamente entre partidos, lo que puede ser especialmente beneficioso durante torneos y en finales.
Frecuentemente un elemento de un esquema se construye sobre otra parte del mismo esquema, como la formación 1-1-3 analizada anteriormente, la cual también es el fundamento de la defensa "bloqueo y 1" y la formación 1-3-1.
Diseño de un esquema ofensivo
No es necesario que los esquemas ofensivos o defensivos sean extremadamente complejos. Por ejemplo, muchos entrenadores utilizan el mismo esquema ofensivo básico contra las defensas individual y en zona, y dentro de ese esquema ofensivo enfatizan aspectos particulares en función de la defensa del oponente:
- los ángulos y posiciones de los bloqueos podrían cambiar (p. ej., contra una defensa de zona, podrían utilizarse bloqueos "por fuera" de la zona);
- la ventaja relativa que un equipo tiene podría ser distinta en función del oponente (p. ej., un equipo podría ser "relativamente" grande en comparación con un oponente, pero tener mayor fortaleza en las posiciones de perímetro en comparación con otro equipo).
Al considerar los aspectos que incluirán en el esquema ofensivo, los entrenadores deberían tener en cuenta lo siguiente:
- crear opciones para juego en el poste y juego perimetral;
- crear elementos que tiendan a "hacerles más rápidos" a los atacantes y otros que "pinchen el balón" y reduzcan el ritmo;
- el equipo debe saber desde dónde quieren efectuar la mayoría de los tiros, y quién debería hacerlos;
- evitar diseñar un esquema que se base exclusivamente en uno o dos jugadores.
A pesar de que podrían ser mejores que otros jugadores, también podrían lesionarse o acumular faltas y no poder jugar;
- en la medida de lo posible, tener reglas que sean congruentes con los elementos del esquema;
- cómo se medirá la eficacia de cada elemento del esquema tanto en partidos particulares como a lo largo de la temporada.
Lo que es más importante, el entrenador debe tener en cuenta cuánto tiempo pasará con el equipo, ya que eso será lo que en última instancia determinará cuán eficazmente podrá implementar el esquema ofensivo.
Diseño de un esquema defensivo
Un esquema defensivo puede brindar al equipo la capacidad de variar su juego a medida que los oponentes y las situaciones de partido cambian. Implica más que pasar de jugar una defensa individual a mitad de la cancha a una defensa individual en cancha completa, y el esquema debería hacer que el equipo sienta la confianza de que puede jugar diferentes estilos según lo necesario para contrarrestar las fortalezas de su oponente.
Al diseñar el esquema, el entrenador debería tomar en cuenta los siguientes factores:
- cuál es la defensa "estándar" que el equipo debería aplicar;
- qué tipo de defensa aplicarán si desean aumentar la presión;
- qué tipo de defensa jugará cuando el equipo vaya abajo en el tanteador y necesite alcanzar al oponente (aumentar el ritmo);
- cómo defenderá a un equipo que tenga postes dominantes;
- cómo defenderá a un equipo que tenga jugadores de perímetro dominantes.
Un aspecto importante de cualquier esquema defensivo es la capacidad de los jugadores de ejecutar las habilidades fundamentales. Por ejemplo:
- a los jugadores se les enseñan varias técnicas para defender un bloqueo con el balón: por encima, por debajo, dos contra uno, cambio defensivo o empuje (lejos del bloqueo);
- en una defensa de presión podrían aplicar un dos contra uno;
- contra un equipo con buenos tiradores perimetrales podrían ir por encima o hacer un cambio defensivo;
- contra un equipo con buenos jugadores de poste pueden utilizar el empuje.
Un esquema no debe tener, necesariamente, una cantidad numerosa de opciones y, al igual que en un esquema ofensivo, lo que puede implementarse con el equipo dependerá en gran medida del tiempo de preparación disponible.
Aplicación de un esquema ofensivo o defensivo
Muchos entrenadores utilizan palabras clave o señales visuales para definir elementos específicos de un esquema:
- “Rojo” podría referirse a una defensa de presión, particularmente aplicar un dos contra uno sobre quien lleva el balón;
- Cuando quien lleva el balón hace una palmadita contra la camiseta podría indicar una jugada ofensiva particular.
El uso de señales de ese tipo puede facilitar la comunicación entre el entrenador y los jugadores y, por supuesto, al estudiar a un oponente los entrenadores procuran detectar estas señales para poder predecir lo que el oponente intentará hacer durante el partido.
Independientemente de la señal que se utilice, también debería utilizarse durante las prácticas, para que los jugadores se acostumbren a buscar y reconocer las señales de la misma forma que se familiarizan con los elementos del esquema.
Cómo evaluar la eficacia del esquema
Al desarrollar un esquema de juego, los entrenadores también deberían definir de qué manera medirán su eficacia. A pesar de que el objetivo más importante de un partido de básquetbol es ganarle al oponente, el resultado del partido no necesariamente es un indicador confiable de la eficacia del equipo.
Por ejemplo, si un entrenador elige una formación de defensa en zona 1-1-3 para obligar al oponente a tirar desde afuera, el hecho de que el oponente logre algunos de esos tiros no necesariamente indica que el uso de esta defensa no ha tenido éxito. En esta situación, el entrenador podría evaluar la eficacia de la defensa de la siguiente manera:
- Determinar desde dónde está tirando el oponente;
- Cantidad de “toques para el poste” que recibe el oponente;
- Cantidad de veces que el balón penetra en la zona de llave;
- Cuándo (en referencia al reloj de posesión de 24 segundos) efectúa tiros el oponente.
De manera similar, un entrenador podría evaluar la eficacia de su ofensiva según los siguientes factores:
- Desde dónde se efectúan los tiros;
- Quién efectúa los tiros;
- Si el equipo está penetrando en la zona mediante dribles o con pases;
- ¿Cuán frecuentemente está anotando el equipo gracias a elementos específicos de su esquema ofensivo?
Lindsay Gaze, entrenadora distinguida en el Salón de la Fama de la FIBA, utilizó la expresión "la operación fue un éxito, pero el paciente murió" para describir situaciones en las cuales el equipo crea la oportunidad de tiro que necesita, pero erra. El entrenador y el equipo deben tener confianza y persistir sin abandonar la táctica tan sólo porque no lograron anotar.
Para medir la eficacia de un esquema, el entrenador debería utilizar métricas específicas (las cuales podrían diferir de las estadísticas oficiales), y frecuentemente podría ser útil que un entrenador asistente se encargue de efectuar un seguimiento de esas métricas. Por ejemplo:
Táctica ofensiva / defensiva |
Métrica |
Defensa: atrapes de toda la cancha |
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Defensa: |
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Defensa: |
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Al establecer las métricas, el entrenador también debería considerar cuál podría ser la respuesta del oponente.
Por ejemplo, establecer un dos contra uno sobre el poste podría darle al oponente más posibilidades de tirar desde afuera. Una estrategia de presión en cancha completa podría permitir al oponente hacer tiros en bandeja si logra "romper" la presión.
Al establecer con claridad las métricas, el entrenador puede evitar tomar las decisiones impulsivas que se derivan de simplemente considerar si el oponente ha logrado anotar o no. Por ejemplo, el oponente podría conseguir 2 tiros en bandeja, pero si tuvieron el balón 6 veces y tuvieron que efectuar tiros forzados, podría considerarse que la defensa de cancha completa tuvo éxito.